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Turu Flores: «He querido saltar al campo y meter la cabeza, rematar a gol...»

Turu Flores: «He querido saltar al campo y meter la cabeza, rematar a gol...»

Leyenda de la cronología contemporánea del club, y en su tiempo, allá por 1996, el fichaje más caro de la historia cuando Ángel Luis Tadeo lo trajo desde el Vélez Sarsfield argentino, con el que llegó a alzar una Copa Libertadores y la Intercontinental, ahora sigue defendiendo el escudo de la UD como técnico auxiliar de la primera plantilla. Lleva varios meses con una función que, admite, le hace feliz y, también, sufrir por el equipo y la afición.

Jueves, 1 de enero 1970

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— ¿Cómo está la salud anímica de la plantilla tras el palo sufrido ante el Mallorca y esa primera derrota en el Gran Canaria?

— Esta derrota fue muy dolorosa. Todas duelen pero en este caso dolió más, porque veníamos de ganar en Riazor y, anímicamente, llegábamos muy bien al enfrentamiento con el Mallorca para seguir en racha. Pero nos llevamos un golpe duro.

— ¿Qué receta hay para poder levantarse y reaccionar, considerando, además, que el calendario ya no da margen de error?

— No queda otra que tirar para adelante. El jugador profesional sabe que es el único camino. Ya tuvo su día libre para hacer el luto, pero ya desde el miércoles todos están animados para lo que nos espera en Granada. Hay que tratar de preparar ese partido de la mejor manera y eso es lo que estamos haciendo.

— ¿Qué diagnóstico hace, bajo su experiencia, de todo lo que le ha venido aconteciendo al equipo?

— Esto no es lo que esperábamos todos, esa es la verdad. Uno prepara desde el inicio las cosas para que vayan bien, para estar en el pelotón de cabeza, entre los cinco primeros por lo menos, que era la idea. Pero hoy nos vemos en mitad de tabla, aunque no perdemos las esperanzas ni bajamos los brazos, sabiendo que es un momento difícil. Si repasamos la historia, vemos que hay equipos que han arrancado en el último tramo de la temporada para meterse arriba y ya quedarse en lo alto. Incluso la UD ya ha tenido experiencias anteriores de ese tipo. Y la confianza de que nosotros podamos hacerlo es la que nos motiva a continuar.

— ¿Es optimista? ¿Piensa que todavía quedan argumentos a los que agarrarse pese a la irregularidad manifiesta del equipo?

— Tengo y tenemos esperanzas, pero es que, además, estamos obligados a ello mientras que las matemáticas nos den opciones. Estamos convencidos del trabajo que estamos haciendo y de la capacidad de los futbolistas. Al final de la temporada veremos si ha sido posible.

— ¿Llegan al vestuario las críticas? ¿Hay ansiedad en el grupo, temor a volver a fallar? ¿Cuál es el clima interno en la UD?

— Hay presión. La gente quiere estar arriba, la afición lo desea y lo pide. Pero los jugadores saben que deben convivir con la presión, las críticas... Hay que ser positivos y continuar. Lo único que vale es anteponer siempre la profesionalidad, la competitividad, el pensar que vas a acabar recogiendo el fruto de lo que haces. Y, como dije antes, hay un grupo que está tirando para arriba siempre.

— Tanto cambio de entrenador desde luego que no ayuda mucho a ese propósito de reacción...

— Si hay cambio de entrenador es porque las cosas no están bien. Es una lástima y no es lo ideal, pero si ves que las cosas no arrancan debes propiciar algún cambio.

— ¿Qué aire nuevo ha traído Pepe Mel? ¿En qué se está notando su mano hasta ahora y tras dos partidos bajo su dirección técnica?

— A mí me gustó el mensaje, lo que dijo del torneo corto que nos queda. Eso al jugador le llegó, le motivó. Ahora bien, acá mandan los resultados. Si mandas un mensaje, el grupo lo recibe y, encima, el resultado es bueno, está todo perfecto. Pero, como dice Mel, hay que ir paso a paso. Ahora nada nos puede importar más que el Granada. Debemos ir con la mentalidad que tuvimos ante el Deportivo.

— Ahora que alude al partido del domingo en Granada. ¿Serán más que tres puntos en juego por la necesidad del equipo y las alturas del calendario a las que se encuentra la competición?

— Es tan importante como el que tuvimos en Riazor. Allí, si perdíamos, se nos bajaba la cortina, no había salida. Y ahora nos espera un partido muy parecido en todo y esperemos que el equipo tenga un buen día y ganemos.

— ¿Qué le dice a los jugadores cuando habla con ellos, cuando comparte confidencias en estos momentos de tanta trascendencia?

— Siempre trato de sumar, para eso estoy acá. Pero dos más dos aquí no son cuatro. Mira el ejemplo de Marcelo o Isco este año. O el Madrid que ha sido tres veces consecutivas campeón de la Champions y ahora está fuera de todo...

— Pero lo que nos duele es la UD...

— Ponía ejemplos. Me gustaría tener la respuesta exacta de lo que nos pasa. Hay mucha competencia, muchos equipos comparten objetivo... No es fácil. Pero hay que tener fe y tener unión, creer hasta el final. Eso es lo que siempre hablamos, en lo que insistimos. Vamos todos juntos en esto

— Tampoco hay un rival que marque las diferencias en Segunda. ¿No cree que se ha abaratado el ascenso por la irregularidad de todos?

— La categoría es muy complicada, no te da facilidades nunca. A mí me sorprendió el Albacete, de su forma de jugar, tuvo jornadas de estar líder y ahora bajó un poco. El Cádiz mismo, que tuvo una seguidilla de partidos que ganó. Del octavo para arriba todos engancharon seis o siete victorias consecutivas ganando y es lo que nos falta a nosotros. Es verdad que estamos todavía con opciones pese a que atravesamos semanas muy malas. Pero no creo que sea porque la Segunda es fácil. Para nada. Si ganamos siete seguidos nos metemos seguro. Pero, claro, hay que hacerlo.

— No parece fácil sabiendo que lo que usted pide no se ha conseguido desde hace varias temporadas...

— Sí, pero esa racha se nos puede dar a nosotros. Por supuesto que podemos. Si los demás lo hicieron, nosotros igual. Eso te genera confianza, te hace entrar en los partidos de otra forma. Tenemos que pensar que va a llegar nuestro momento.

— Experiencia, casta y oficio. Todo eso le sobra a esta UD para obrar esa reacción necesaria. ¿Serán más importantes que nunca estos intangibles?

— Debe ser así. Además, los tenemos en el plantel. Se necesita experiencia y. a veces, también viene bien tirar de juventud, refrescar con gente del filial para cambiar dinámicas. Y ojo, tampoco le puedes cargar de presión a un chico, porque si la cosa no va bien, lo hundes. Hay que tener cuidado con eso. Pero el míster sabe que, en estos momentos, son los jugadores los que tienen que sacar esto adelante y qué duda cabe que los que tienen mayor recorrido tienen un plus respecto al resto.

— Desde el banquillo, ¿cuántas veces ha querido saltar al campo a ayudar? ¿Le cuesta contenerse?

— Me ha pasado, claro que sí. Y varias veces... Queter meter la cabeza, rematar a gol... Es difícil sacarse el jugador de dentro. Estoy en el día a día, veo a los chicos, a la afición... Y sí se sufre porque, aunque hayas sido profesional y te obligues a mantener una cierta calma, no es fácil.

— Pero, aparentemente, vive los partidos desde fuera con cierta serenidad, no se le ve alterado...

— Con la derrota ante el Mallorca me fui a casa como si me hubiese pasado un avión o un tren por encima. A todos nos pasa. Al jugador le afecta, al aficionado se le hace difícil ir a trabajar al día siguiente. Esto es una pasión. Pero el luto debe durar un día. Uno lo vive por dentro y no venirse arriba por una victoria ni derrumbarse por una derrota.

— En su nueva faceta de técnico se le ve feliz. ¿Es así?

— Estoy muy bien porque hago lo que más me gusta. Ponerme la ropa de la UD, estar en el campo, estar en contacto con los jugadores... Pero sabiendo de mi situación, de que soy hombre de club y debo sumar siempre, ayudar en todo lo que se necesite a los chicos...

— ¿Le hace participar en todo Pepe Mel?

— Sí. Con Paco (Herrera) también participaba mucho en la dinámica del día a día. En ese sentido estoy contento y feliz porque disfruto de lo que hago, gano en experiencia y, por supuesto, siempre con la idea de poder convalidar mi titulación para poder ejercer acá.

— En más de una ocasión ha dicho que sueña con poder dirigir algún día a la UD...

— Seguro, pero lo veo muy a largo plazo. Ahora me centro en el día a día, en ayudar y cumplir con lo que me han pedido en este cuerpo técnico. Repito, estar aquí y en Gran Canaria es para mí motivo de felicidad.

— Con todo lo que ha significado en el fútbol argentino y español, está en su lugar predilecto: la UD.

— Mi sentido de pertenencia fue inmediato a la UD por culpa de la gente, que desde el primer día me trataron de maravilla y así fue siempre. De aquella época sigo teniendo muchos amigos tanto dentro como fuera del club. No hay nada malo que decir. Cuando regresé después de tantos años tenía claro que ya no quería volverme a ir.

— Le llamó Ramírez y aquí está...

— Tenemos una gran amistad desde hace mucho tiempo, hablamos con frecuencia y para mí fue un gran orgullo que me llamara para volver a formar parte de la estructura de la UD Las Palmas.

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