Tres que no valían y que ahora lucen y tiran del carro
Fútbol ·
Clemente, Ale García y Manu Fuster salen en la foto en el tirunfo en Córdoba por sus actuaciones sobresalientes. Vienen de estar más fuera que dentro del proyectoVa a resultar que algunos de los mejores fichajes ya estaban en casa. Y, varios casos, con cambio de rol insospechado. Porque ver a Ale García como máximo realizador de la UD, sale a gol por partido y podría llevar tres o cuatro más, causa la misma perplejidad que contemplar cómo Enrique Clemente, además de que juega, que ya es noticia, se marca una antología como la vista en Córdoba y que oposita a tanto del año. También ahí luce otro que ya estaba como Manu Fuster, al que le han dado mando en plaza, y ha firmado las dos asistencias que han abierto la cuenta del equipo frente al Andorra y en el Nuevo Arcángel. Casos paradójicos de futbolistas infrautilizados hasta la fecha y a los que Luis García ha desempolvado con maestría para que florezcan en sus versiones más exuberantes, en lo que se destapa como una magistral gestión de recursos propios.
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En la entidad contemplan con absoluto éxtasis esta rebelión interna de tres piezas bajo sospecha semanas atrás y que hoy salen en la foto por sus aportaciones decisivas. Una manera de revalorizar patrimonialmente a la plantilla porque la cotización de Ale, Clemente y Fuster ahora nada tiene que ver a las estimaciones recientes.
Rebotado tras dos cesiones
Enrique Clemente se ha hecho viral por el soberbio gol que se apuntó para cerrar la cuenta en el Nuevo Arcángel. Agarró la pelota en su posición de lateral zurdo y, como un cohete, salió disparado superando líneas hasta plantarse ante el meta local y batirle en la culminación de una portentosa jugada. Antes, al inicio del choque, tuvo el don de la ubicuidad para salvar bajo palos un remate que se colaba tras mala salida de Horkas. Fichado en 2022 luego de empezar en el Zaragoza y acabar en el filial de la Real Sociedad, tuvo una primera experiencia en a UD efímera, catorce partidos siendo titular en la mitad.
Luego, descartado por Pimienta, se fue a préstamo al Racing de Ferrol (2023-24) y al Real Zaragoza (2024-25), etapas también de reducido impacto y en las que no terminó de cuajar. De regreso a la UD, se rumoreó que sería rescindido y arrancó bajo la mirada de Luis García condicionado por ese cartel. En un amistoso ante el Tenerife no salió bien parado como lateral zurdo. Aguantó. Que siguiera y empezara el calendario en el once fue un logro personal. Mantenerse entre los elegidos en Córdoba, desplazando a Álex Suárez o Cristian, el no va más. Y hacer lo que hizo, un canto a la utopía. El zaguero aragonés vive su mejor momento en el club, rebosante de confianza y con el respaldo que nunca antes tuvo.
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Nadie lo veía
Por su parte, Ale García, renovado hasta 2029 el pasado 29 de julio, protagoniza una historia de superación admirable. A sus 22 años, muy lejos queda ya su debut con el primer equipo, allá por septiembre de 2021 y en un partido frente al Ibiza en el Gran Canaria. Fue Pepe Mel el que le dio la alternativa, aunque, a diferencia de otros canteranos que se consolidaron de inmediato, a él le tocó remar río arriba. En esa misma campaña terminó regresando al filial...Y su pista comenzó a difuminarse peligrosamente. En el club mantuvieron su confianza pese a todo, con prolongaciones de contrato a la vez que salía cedido para buscar el minutaje que aquí no le daban, primero al Antequera, en el que hizo siete goles en 37 partidos en la campaña 2023-24, y luego al filial del Atlético de Madrid, un curso después y de nuevo en línea descendente. Entre medias, le tocó superar el fallecimiento de su padre, una circunstancia personal que, lejos de hundirle, se la tomó como fuente de motivación extra.
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Ale se plantó al inicio de la pretemporada con apenas nueve partidos oficiales con la UD desde su estreno pero con la fe en que no se repitiera lo vivido con Pepe Mel, García Pimienta o Luis Carrión. A base de tesón, trabajo y empeño, con el aderezo de sus cualidades como interior o delantero, le fue llenando el ojo a Luis García y ha empezado la temporada como un cañón. En la jornada inaugural, gol al Andorra, tirazo al larguero, mano a mano con el portero y otro tanto anulado por un fuera de juego de los que admiten debate. Justificado el voto de confianza del técnico, en Córdoba no bajó el pistón. Dos intentonas desde la frontal del área, el 0-2 con su firma después de un carrerón desde la medular, con finalización a la escuadra y, que no pase inadvertida, una implicación defensiva descomunal. En una acción al filo del descanso, se le vio en área propia robando un peligroso balón a Albarrán cuando el rival se disponía a centrar y que terminó llevándoselo por delante. Dos goles y otras tantas titularidades encadenadas. En apenas quince días Ale ya supera todos sus registros anteriores en la UD. Y lo que le queda por delante.
Un artista que está de vuelta
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En lo relativo a Manu Fuster, que no ha dejado de repartir caramelos, primero a Ale García y, en nueva instancia, a Lukovic, hay otra secuencia de resurrección. Llegó en el verano de 2024 como un fichaje largamente perseguido, monitorizado desde sus tiempos remotos en el Guijuelo y con posterior explosión en el Albacete, pero, como él mismo admitió en una entrevista recientemente concedida a CANARIAS7, su primer año de servicios no le dejó buen cuerpo («no tuve las oportunidades que me hubiese gustado, la situación me superó»). Se quedó en un gran gol al Rayo en Vallecas y chispazos aislados dentro del año funesto del descenso. Reseteado, volvió con ganas de revancha y, desde el primer momento, ha sabido recompensar la jerarquía que le han dado. Dos partidos, dos asistencias, y con el valor añadido de que en ambas ocasiones fue para inaugurar el marcador. Situado por delante del doble pivote, Luis García le ha dado autonomía para que se mueva e invente y Manu ha encontrado su espacio. Se le ve suelto, resolutivo, feliz. Como nunca.
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