Entrevista a Manu Fuster
«Me superó la situación, pero culpables somos todos. Jugué de lateral, pivote y hasta de central»Fútbol ·
El extremo se sincera y hace autocrítica al respecto de su curso pasado: «Empezó siendo culpa mía y luego se repartió»En un juego cargado de egos, la figura de un cercano Manu Fuster (22/10/1997) luce por lo opuesto. La persona está por encima del futbolista. Su calidad con la pelota nadie la discute, aunque todavía la tiene que enseñar en la UD Las Palmas, después de que su primera temporada, por la falta de oportunidades y la «culpa de todos», no fuese suficiente. El valenciano, cansado tras uno de los exigentes entrenamientos en Marbella, llega para atender a la entrevista con la humildad que le caracteriza. Y con una sonrisa que siempre se agradece. Con el dorsal 14 a la espalda, número bonito donde los haya, nada puede fallar en una Segunda División que conoce a las mil maravillas. Este debe ser su año y él lo sabe.
–Se viene su segundo año en la UD. La temporada pasada no tuvo muchas oportunidades. ¿Busca una reválida?
–Estoy con ganas de demostrar. No tuve las oportunidades que me hubiese gustado tener, por unas cosas y por otras, aquí culpables hemos sido todos. Pero lo principal es ser ambicioso y tener ganas de volver a Primera lo antes posible. No lo aproveché y quiero volver a jugar en Primera. Este es un proyecto ambicioso y con un míster nuevo con ambición.
–Dice que culpables han sido todos. ¿En qué ha fallado Manu Fuster y en qué erraron tanto Carrión como Diego Martínez para que jugase tan poco?
–A nivel individual no empecé de la mejor manera. No en términos de actitud, sino en mi día a día. Llegué a un equipo que ya había competido en Primera y yo nunca lo había hecho. Creo que por ahí me superó la situación los primeros meses. Luego la fui reconduciendo y en las últimas semanas con Carrión tuve algo más de protagonismo, saliendo más. Cuando me vio preparado me dio más oportunidades, pero desgraciadamente para todos, se tomaron decisiones. Se tuvo que marchar. Con Diego me encontraba mejor y tuve algunas titularidades, pero cuando estaba al nivel de todos, que no a mi mejor nivel todavía, pues me dijo que le hubiese gustado meterme más pero que las circunstancias y los roles definidos... No quería tocar eso. Son años en los que te toca aprender. Y dar todo en los minutos que jugué. Es culpa de todos. Empezó siendo culpa mía y ya luego se repartió.
–Muchos de esos minutos llegaron con Las Palmas a la desesperada. Incluso se le vio jugar de lateral, mediocentro... pero pocas veces en su puesto como extremo izquierdo. Sin esas prisas ni esos inventos, ¿hubiese mostrado su mejor versión?
–No sé qué hubiese pasado, son suposiciones. Sí que es verdad que ni recuerdo haber jugado como extremo izquierdo. Contra el Mallorca, que tras una buena primera parte nos meten dos goles nada más salir en el segundo tiempo y el míster me cambia por decisión técnica. Y no recuerdo muchos más partidos. En la banda derecha jugué algo más, que también me siento cómodo. Luego siempre entré a remolque. Ni siquiera con un marcador igualado. Tuve que jugar como pivote defensivo, carrilero derecho, izquierdo, central... Bueno, a mí me gusta ayudar. Creo que tuve buenos minutos hasta en esas posiciones. Cierto es que jugamos sin orden, a la desesperada. Y no pudimos conseguir más puntos. Son situaciones bastante difíciles en un contexto complicado. Con la obligación de puntuar para no irte al hoyo. Era un hoy o nunca constante. Tuvimos oportunidades en las últimas cinco jornadas, pero cada derrota era un puñal.
–Eso le puede dar cierta experiencia.
–Por supuesto, si juegas en más posiciones eres mejor recurso para el míster. Y tienes más opciones para jugar. Es verdad que jugué en posiciones en las que no había jugado en mi vida. Pero me sentí cómodo, no te voy a engañar. Tuve buenos minutos y creo que lo aproveché, pero tenía a gente con otro rol por delante. Aprendí a gestionar mejor muchas situaciones de juego, desde otra perspectiva.
–Alguna entrada como último hombre incluso hizo.
–Recuerdo una contra el Barça, otra ante el Sevilla y la Real en casa. Teníamos una situación agónica y estaba obligado a jugar con el gancho aquí puesto (ríe). Era lo que necesitaba el equipo.
–¿Qué diferencias encuentra entre Carrión, Diego Martínez y Luis García?
–Luis García es más parecido a Carrión que a Diego, salvando mucho las distancias. Cada maestrillo tiene su librillo. Nos pide valentía. Con balón y sin él. Y creo que sin balón es casi más importante. Tirar esa línea alta, defender emparejados sabiendo que si no aciertas es una ocasión clara de gol... Nos está dando muchos matices de juego. Ese doble mediocentro, ese lateral por dentro, ese mediapunta que cae a un costado y ese extremo que estira. Nos dota de valentía y atrevimiento. Creo que eso ha cambiado. Querer ser protagonistas, que no lo éramos desde que se fue Carrión porque Diego vino con otra cosa. Le salió bien al principio, apostó por eso y no nos dio. Pero ahora así van a ir mejor los resultados, seguro.
–Se ha ido un jugador importante como es Alberto Moleiro, que jugaba en el sitio donde usted está habituado a actuar. Es una pérdida que afecta a la UD en lo deportivo, pero ahora se abre un abanico de posibilidades para que Fuster coja galones.
–Nunca es una buena noticia la marcha de Moleiro. Ni para mí. Creo que podríamos haber coincidido más en el campo. No creo que perder a un jugador de la talla de Moleiro sea bueno para nadie. Ni egoístamente hablando. Es muy bueno y dentro del campo te da mucho. Yo me lo pasaba muy bien con él en los entrenamientos, disfrutaba. Congeniamos bien aunque no se viera mucho en el campo, nos entendíamos. Pero sí, este es un año para asumir galones y demostrar la experiencia que he acumulado en Albacete en Segunda. Lo he demostrado, mis números están ahí. No he ascendido nunca, pero siempre hay una primera vez para todo. Jugamos un playoff con el Albacete cuando acabábamos de subir a Segunda. Ahora aquí tenemos gente joven y gente con experiencia como Jonathan o Jaime Mata, que fueron los mejores en la categoría en sus momentos. Ahora tenemos que apoyar a los jóvenes, que son el futuro de la UD.
–Será un momento muy especial volver a Albacete.
–Sí (sonríe). Jamás he jugado en Albacete como visitante y será un momeno muy especial. Allí he vivido mis mejores años. La gente me hizo ser uno de ellos. Le guardo mucho cariño a los albaceteños y a Albacete ciudad. Creo que la gente que no conoce Albacete está muy engañada porque puede que no sea la más bonita, que también lo es si sabes encontrar sus rincones, pero tiene un encanto especial. Un don de gentes que no he encontrado en otro lado. Será bonito volver.
–¿Qué temporada le espera a Las Palmas en Segunda?
–Si todos los que estamos aquí hacemos una clasificación, seguro que ninguno la acertamos cuando acabe la temporada. Segunda es así. Ganas tres partidos y te ves ascendiendo, pierdes tres y necesitas luchar por abajo. Tenemos una base sólida de Primera y con experiencia en Segunda, con una idea atractiva y valiente que puede llevar resultados. Espero que podamos cumplir los objetivos y estar cerca de nuestra mejor versión futbolística.
–¿Qué le están pareciendo los nuevos?
–Las Palmas siempre firman jugadores atractivos y de buen pie. Cada uno tiene sus cualidades y las pondrá al servicio del equipo. Barcia estuvo muy correcto ante el Pirales. Tanto al corte como en salida de balón. Como último hombre, aunque no parezca algo increíble, cortó varias que podían ser claras. En salida de pelota estuvo muy bien. También vimos las cualidades de Cedeño en la segunda parte. Ya sabíamos que era un jugador combativo. De meter el pie. Y el partido era de esos. Roba mucho balón y con la pelota estuvo muy correcto, jugando hacia adelante. El desparpajo de Adam también lo vimos. Ese uno para uno que tiene. Es verdad que jugó en la izquierda y creo que él se siente más cómodo por la derecha. Es pronto y todavía nos queda mucho a nivel físico. Pero ya se van viendo cosas. Son lo que son y los destellos no se pierden.
–El curso pasado hubo muchos picos emocionales. A usted que es valenciano le tocó jugar cuando la DANA sacudía su tierra. ¿Cómo llevó ese tema emocionalmente?
–Cuando pasan esas cosas quieres estar cerca de los tuyos que son los que lo están viviendo. Yo no tuve que lamentar pérdidas, pero sí que es verdad que tuve gente cercana que fue a trabajar y a ayudar. Mi novia se llenó de barro hasta los ojos, mi hermano... Mi madre intentó ayudar todo lo que pudo desde su puesto de trabajo. Tengo amigos que han perdido casas o vehículos. Menos mal que solo ha sido a nivel material y no hemos lamentado pérdidas humanas. Hay gente que sí ha sufrido pérdidas humanas y desde aquí me gustaría mandarles todo el apoyo. Fueron días duros, pero me quedo con una cosa:creo que fueron mis mejores momentos en la UD. No poder estar allí. No poder ayudar... Creo que me hizo sacarlo por algún lado. El gol al Rayo, gol en Copa también. El triunfo ante el Valencia. Justo fue un cúmulo de cosas que, cuando no puedes ayudar de cerca, me aislé y me evadí en el día a día. Ayudé como podía. Subvencionando el negocio de mi madre para que pudiese cocinar para las personas más necesitadas... Pero yo físicamente no podía estar allí y necesitaba centrar la cabeza donde estaba yo. Tuve la suerte de que a nivel deportivo me fuese bien porque fue muy difícil saber que esos amigos tuvieron pérdidas materiales como coches que usaban para ir a trabajar. Perder tu casa y lo que ha sido tu vida es bastante más duro. Fueron días muy delicados para todos.
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