Semana fantástica en la UD: volver a ganar en casa, subidón total y Kirian
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El triunfo logrado frente a la Real B aplaca urgencias, relanza al equipo y culmina unos días marcados por el alta médica y sonrisa del añorado capitánFue algo más que ganarle a la Real B. Tres puntos revestidos de connotaciones especiales, de impacto total en la moral, confianza y ánimo en la UD. Así se digiere la victoria de esta viernes en el Gran Canaria, dándole una importancia merecida y que trasciende su valor numérico. Porque el triunfo cierra una semana fantástica para el club y afición. La necesidad de volver a recuperar sensaciones, de alzar los brazos en Siete Palmas, desde abril no ocurría eso, que se dice pronto, había generado una presión extra a los jugadores, que, además, venían de dos jornadas secos de gol, resultados discretos y el temor de que afloraran los murmullos en la grada.
Luis García gestionó esos días de leve inquietud en Barranco Seco, con ganas de que llegaran los partidos, la prueba del algodón para borrar dudas y ganar credibilidad. No todo fue fácil al regreso de Burgos, al calor de un 0-0 que dejó el gesto torcido en el vestuario, lo que pudo ser y no fue y las oportunidades perdidas.
El paso de los días, no obstante, abrió el escenario de optimismo deseado, si bien no fue hasta que trascendió que Kirian iba a confirmar su alta médica y retorno a la competición cuando, de manera definitiva, soltó amarras la UD para elevarse. Ver sonreír al añorado capitán y activar la cuenta atrás para verle de nuevorequería un lazo y eso pasaba por imponerse a la Real B. ¿Qué hubiese pasado si la cita frente al filial donostiarra no hubiese tenido final feliz? Era unánime el deseo de hacer coincidir la actualidad de Kirian con un triunfo, de ahí que cobrara una relevancia indiscutible esta jornada. Una conjura reconocida y que pasaba por dar una versión mejorada y, fundamentalmente, tener acierto en el área rival.
Iván Gil se encargó de cerrar el círculo con sus goles decisivos. Un futbolista que el curso pasado no valía ni para estar en el banquillo y tuvo que salir rebotado al Éibar se está cobrando su revancha particular desde que intuyó, en pretemporada, que iba a poder pelear el puesto, opción que no le dieron los antecesores de Luis García.
«Es un jugador que conozco desde hace muchos años, que para mi forma de entender el juego es muy importante, un jugador que juega muy bien entre líneas, que tiene un muy buen golpeo, que además este año a nivel defensivo ha dado un paso adelante, a nivel de datos físicos, de intensidad, de ganas de mejorar, de ganas de reivindicarse. Yo no regalo nada a nadie, no regalo minutos, se lo ganan ellos e Iván Gil ha estado trabajando muy bien durante toda la pretemporada, ha tenido esa mala suerte de la lesión y me alegro mucho por esos dos goles, los merece y los merece el colectivo», abundó el entrenador sobre el centrocampista.
El héroe de la noche, que acaparó elogios y reconocimientos por su papel determinante, encarna una alegoría edificante de superación y que es seña característica de esta UD en la que la rebelión de muchos olvidados, Ale García, Clemente, Fuster o el propio Gil, revaloriza un grupo en el que han de emerger los que están y los que deben dar un paso al frente.
En la plantilla se celebró el 2-1 final con una mezcla de rabia y satisfacción y con la alegría que da disponer de este impulso, fundamental a estas alturas del calendario para ir recuperando el terreno perdido. El balance de las primeras cuatro jornadas no cuadraba con las expectativas en cuanto a números y el pulso adjudicado ante la Real B resta inclinación a la balanza negativa.
Alivio y mensajes
«Hicimos un partidazo y lo merecíamos». El mensaje que salía desde la UD en el análisis de la victoria retrataba la rabia contenida que había, fruto de la asuerte adversa acumulada anteriormente. Ahora se mira al frente con la confianza apuntalada al calor de los resultados, factor indispensable en sustentar un proyecto con máximas ambiciones y el ascenso como reto innegociable, como así se encargó de recordar Kirian el pasado jueves en su comparecencia pública.
Todo lo que ha dejado lo acontecido en los últimos días trae un viento de cola idóneo para lo que viene: Leganés, Almería y Cádiz. Casi nada.