La UD Las Palmas prolonga su drama en La Cerámica

La UD resistió este lunes en La Cerámica y dio señales para creer, pero terminó claudicando ante la insistencia del Villarreal y su endeblez defensiva (3-1). El equipo de Carrión renueva su condición de colista una semana más.

El entrenador catalán agitó el plan inicial y movió las piezas en la búsqueda de una alegría por fin. Horkas, Álex Suárez, Januzaj, Benito y Oli McBurnie irrumpían entre los elegidos para asaltar La Cerámica y abandonar el farolillo rojo. La UD Las Palmas perseguía un guion esperanzador ante un Villarreal al alza, intentando cimentar sus opciones desde la solidez defensiva, la posesión de balón y la movilidad en ataque.

Una genialidad de Moleiro, quien prosigue en estado de gracia, propició la primera ocasión clara del duelo en el minuto 10, pero el portugués Fábio Silva no acertó en la definición cuando ya se celebraba. El colista perdonaba su primera oportunidad para dar un golpe sobre la mesa en su caminar desalentador.

La UD Las Palmas crecía con el paso de los minutos, con mucha clarividencia en la toma de decisiones para contrarrestar el potencial de un cuadro de Marcelino con muchas piezas de su segunda unidad sobre el césped. El criterio de Parejo y la velocidad de Gueye, Barry, Pépé y Akhomach exigían no perder la concentración para no claudicar de nuevo.

El plantel insular tenía un filón por el carril izquierdo y, cuando se cumplía el minuto 21, el aldeano Benito puso un centro cargado de peligro que remató el escocés McBurnie de manera acrobática, obligando a Conde a estirarse. Era el segundo aviso para un equipo herido, con muchas ganas de celebrar una triunfo y rebosado de ansiedad para revertir una dinámica demoledora.

La conexión Moleiro-Fábio Silva funcionaba y la UD Las Palmas estaba cómoda y sin miedo a fallar. Contundencia y presión para creer y crecer en todas las líneas. El pulso estaba eléctrico, con un intercambio de golpes entre dos proyectos con distintos objetivos.

El Villarreal aceleró en el tramo final del primer acto y el examarillo Sergi Cardona dispuso de la mejor ocasión local en el minuto 38, pero el croata Horkas agigantó su figura para mantener las tablas. Con la moral del representativo intacta, Januzaj volvió a explotar la banda izquierda, pero su centro no encontró a ningún compañero. Una nueva llegada sin premio. Y tanto perdonó que, cuando se agotaba el tiempo, el galo Pépé destrozó la resistencia de la UD Las Palmas en una contra maldita y tras pedir falta sobre Herzog. Un varapalo inmerecido y de dimensiones en plena caída libre. Tocaba levantarse y remar a contracorriente una vez más.

Tras el paso por los vestuarios, la UD Las Palmas no se resintió. Un pase de quilates con el exterior de Januzaj a Fábio Silva evidenció personalidad en el primer suspiro. El luso definió de manera inmejorable para mover el electrónico de La Cerámica (1-1). Una muestra de resurrección.

Sin embargo, la felicidad duró poco tras otro error defensivo que terminó con Horkas derribando a Pépé. El cancerbero balcánico atajó el penalti a Baena tras una estirada descomunal. Un grito de rebelión y de sufrimiento para continuar creyendo, como cuando Januzaj soltó un latigazo con la izquierda que se estrelló en el larguero. El extremo belga elevaba el nivel y deleitaba. Minutos de pasión en una cita de altura.

Fuster y Javi Muñoz suplían a McBurnie y Kirian en el minuto 61 para mantener la intensidad y el ritmo en una batalla preciosa. El Villarreal aceleraba en su propósito de no dejar escapar puntos en su fortín para asaltar los puestos de la Liga de Campeones y encerraba a una UD Las Palmas que volvía a sufrir en tareas defensivas.

Sin dominio del balón y con falta de frescura, la escuadra de Carrión necesitaba el talento de Moleiro y Januzaj para no dejar escapar todo el trabajo realizado.

Loiodice y Viti tomaban el testigo de Januzaj y Benito para aguantar de pie en la recta final del choque. Lo peleó, pero la insistencia local fue tanta que terminó naufragando merced a un gol de Barry en el minuto 85 (2-1). Reincidente en el error y en el castigo. Tremendamente doloroso.

La UD Las Palmas sufrió el golpe por su necesidad urgente de ganar y, aunque volvió a intentarlo para no marcharse con las manos vacías de La Cerámica, el centrocampista internacional Álex Baena sentenció el compromiso a la contra (3-1). Un calvario interminable. La UD renueva su condición de colista con tres puntos de 24 posibles y prolonga un drama de 22 encuentros consecutivos sin saborear un triunfo. Casi nada.