La plantilla, devaluada por el fracaso
Otra de las consecuencias que deja el descenso es la devaluación de una plantilla que prometía ser una de las mejores de la historia de la UD. Ningún canterano se ha promocionado y los únicos activos que pueden salir reforzados son jugadores cedidos que tienen casi imposible seguir en Las Palmas.
Acabaron el curso 26, pero fueron 37 los jugadores utilizados esta temporada. Un número récord que habla a las claras de los bandazos que dio el club por culpa de un proyecto mal construido desde sus cimientos. Pero ni la revolución que se llevó a cabo en el mercado invernal evitó que se consumara el fracaso.
Muy pocos futbolistas se salvan de la quema. En general, todos han rendido por debajo de sus capacidades y han estado lejos de la versión mostrada hace no mucho. Jugadores como Macedo, Vicente, Tana o Dani Castellano acapararon elogios durante las dos últimas temporadas con Setién al mando. Pero en esta, el valor de todos ellos ha descendido notablemente e incluso han perdido sus estatus de imprescindibles en el once.
De los nuevos, Chichizola, Gálvez, Aguirregaray, Etebo y Calleri han cumplido. Pero, salvo sorpresa, ninguno de ellos acompañará al equipo en Segunda. A otros, como Toledo, no les han dejado explotar su talento. Mientras que en los casos de Jairo y Nacho Gil mejor ni comentarlos. La incidencia de ambos es similar a la de Emenike, quien entra en el selecto club de fichajes que no llegaron a debutar.
Mención especial merece Jonathan Viera. El mediapunta tampoco estaba rindiendo a su mejor versión, pero seguía siendo el factor diferencial y dejó al equipo en el peor momento. No acabó la temporada, pero merece estar en la lista por como afectó su marcha en una UD que no ganó más desde su fuga a China.
Y sin nombrar quedan otros tantos, pero todos tienen el denominador común de no haber respondido a la exigencia de la mejor liga del mundo y han visto dañada su imagen como consecuencia. También están los cedidos, jugadores como Araujo, Lemos o Livaja que han rendido en sus respectivos equipos pero que Las Palmas difícilmente podrá mantener en nómina en Segunda. Un drama con precedentes.