La incertidumbre del capitán
La vinculación de David García con la UD Las Palmas expira el 30 de junio y el central todavía no sabe que va a ocurrir con su futuro. El club no ha contactado con él y sigue esperando una llamada que le confirme su continuidad en el equipo que lleva siendo su casa en las últimas 16 temporadas.
David García todavía no sabe lo que va a ocurrir con su futuro. El capitán termina contrato el 30 de junio y sigue esperando una llamada de Las Palmas. No es el único, y otros canteranos ilustres como Javi Castellano y Momo se encuentran en su misma situación. Pero el suyo es el caso más flagrante por lo que significa el central para el vestuario y el club. Si finalmente se queda, se convertiría en el jugador con más partidos de la historia de la Unión Deportiva. Está a solo un partido de igualar a Germán Dévora y sueña con convertirse en leyenda del equipo de su vida.
Y se lo merece. El de Maspalomas ha sido un ejemplo tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. Esta temporada ha tenido menos protagonismo que nunca, pero ha respondido cuando el equipo le ha necesitado y su comportamiento siempre ha sido de una gran profesionalidad. Precisamente su poca participación le ha privado de que su renovación se active de forma automática. Necesitaba un mínimo de 15 partidos, pero el zaguero se quedó en 11. No fue una temporada buena para él puesto que además del descenso, no logró alcanzar al Maestro ni confirmar su continuidad en la entidad.
Pero David García no es de los que se rinden fácilmente. El capitán es optimista y espera que la llamada del club se termine produciendo. Es consciente de que son días de mucho ajetreo en la UD y que hay otras prioridades que reclaman atención con más urgencia. Un descenso siempre genera muchos cambios y operaciones, y las salidas de Paco Jémez, Luis Helguera y Toni Cruz precisaban rapidez en la búsqueda de sustitutos.
Operaciones que demandan toda la atención posible y que dejaron en segundo plano las renovaciones pendientes. Precisamente será decisión del nuevo secretario técnico y del recién estrenado entrenador que David García siga o no ejerciendo su liderazgo en Las Palmas. Ellos saben que la intención del club era renovarle, tienen informes buenos sobre él y se espera que la decisión final sea positiva.
El deseo de David es seguir. Lleva toda su vida en el club y siente que esta es su casa. Está convencido de que le quedan años de fútbol por delante y no se plantea retirarse a corto plazo. Se encuentra en forma a pesar de su edad (36 años), ha bajado peso y es muy meticuloso con su dieta y entrenos. Además, conoce a la perfección la Segunda División, no en vano ha jugado 10 campañas en la categoría de plata, y está convencido de que puede dar mucho a Las Palmas y contribuir a devolver al equipo a Primera.
Y no es solo por lo que aporta en el césped -este año incluso ha marcado en liga-, sino por lo que supone en el vestuario. Es uno de los pesos pesados y el más carismático de la plantilla, un ejemplo a seguir para los canteranos y ejerce la función de protector a los jóvenes que suben al primer equipo. Todos estos valores suponen un plus para el futbolista, que ahora mismo está de vacaciones, a un mes del comienzo de la pretemporada.
Primera vez.
Es una situación inédita para él en los 16 años que lleva defendiendo la camiseta amarilla. Pero no le preocupa. Su relación con el presidente Miguel Ángel Ramírez es excelente y espera que todo se resuelva favorablemente. Siente que se lo ha ganado y, aunque su contrato esté próximo a espirar y, con la competición concluida, su situación es similar al de un agente libre, su convencimiento es que el teléfono le sonará antes del 30 de junio y las noticias serán buenas. Ya lo dijo a este periódico cuando se le comunicó que iba a ser galardonado con el premio Germán Dévora: «Mi camino y el de la UD deben ir siempre unidos», y así tiene que ser. El capitán se lo merece.
