La complejidad de reinventarse
Jémez trata de mantener los estímulos en una plantilla hundida anímicamente
En la UD se percibió la derrota ante el Levante como la estocada definitiva que enterró toda opción de permanencia. A diez puntos del conjunto valenciano (once si se considera el gol-average) y con siete partidos por delante, competir ahora se hace complejo ante un horizonte que aventura fracaso.
En mitad del funeral, mañana llega la Real Sociedad al Gran Canaria. Manda el calendario y la obligación profesional de sobreponerse al bajón anímico que gobierna la plantilla. «Los días se están haciendo largos y duros», confiesa una fuente del club a propósito de la actualidad del equipo, absolutamente ensombrecida por el panorama clasificatorio y el desencanto que ya se palpa. Salvo carambola sideral, que obligaría a rozar la perfección y que tanto Levante como Deportivo se despeñaran, demasiadas coincidencias comprimidas, nada tiene que hacer Las Palmas en lo que queda de campaña. Y a un mes largo de que se eche el telón, la convivencia con esta pesadumbre también contamina a una afición que anuncia retirada.
Frente a la Real se teme, incluso, la peor entrada de la temporada (la asistencia que marca el listón más bajo fue con motivo de la visita del Deportivo, en Copa del Rey, con 7.558 espectadores) dado el clima de decepción indisimulable y con los tambores de guerra que suenan desde algunas peñas y colectivos para expresar su malestar y disconformidad con la trayectoria de la UD y la negligente planificación desde la cúpula.
Con todo, Paco Jémez se esfuerza en mantener los estímulos en sus futbolistas. Les insiste en que volver a ganar tras más de dos meses de sequía les situaría, con un partido más, a siete puntos del Levante, que el domingo visita al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, plaza exigente donde las haya y en la que no acostumbran a puntuar los forasteros. Puede abrir una rendija de luz reducir la brecha actual y mandar un mensaje al resto de que aquí no se rinde nadie. Claro que lo más complejo es hacerlo. Porque, a día de hoy, es generalizada la impresión de que esta UD no le gana a nadie. Así lo atestiguan los números y su inercia errática. Lo primero es volver a vencer. Luego, ya habría tiempo de creérselo.
