Los años no sientan tan bien a todos. Que se lo digan al Málaga CF, próximo rival de la UD, abocado al abismo en una crisis subliminal. De disputar la Champions y merecer jugar las semifinales a tener pie y medio en Primera RFEF. Sí, han leído bien, el año en el que se cumple una década del atraco ante el Borussia Dortmund (3-2), el 9 de abril de 2013, que les apeó de la máxima competición europea, los blanquiazules huelen a descenso.
Eran tiempos de gloria para el malaguismo. El jeque Al-Thani compró el club en 2010 y formó, en sus primeros años, una plantilla de altos vuelos con la que el Málaga fue capaz de pelear contra los mejores equipos del mundo. Cazorla, Baptista, Isco, Toulalan, Joaquín, Demichelis o Van Nistelrooy, que se retiró con 35 goles en la Costa del Sol. Pero lo que vino después no se lo esperaba nadie. Una dejadez tremenda para dirigir un club histórico.
Asimismo, las limitaciones económicas del Málaga CF impulsaron al presidente y máximo accionista, Fernando Sanz, a buscar inversores para sobrevivir, lo que le llevó hasta Doha (Catar), donde conoció a Sheikh Abdullah Al-Thani, un prestigioso empresario perteneciente a la familia real catarí. Tras concretar la venta de las acciones, Al-Thani fue presentado como nuevo propietario del la entidad andaluza el 25 de junio de 2010, aunque su nombramiento oficial como presidente no se produjo hasta la Junta General Extraordinaria de Accionistas del 27 de julio.
El Málaga CF de la temporada 2012-13 dio un paso más en la historia del fútbol malagueño. Con Pellegrini a los mandos, paseó los colores blanquiazules por los mejores estadios de Europa y estuvo a punto de alcanzar las semifinales de la UEFA Champions League tras derrotar a equipos tan poderosos como Panathinaikos, Zenit de San Petesburgo, AC Milan o FC Porto. Pero los problemas económicos, ni quedando esa temporada dentro de los puestos que daban acceso a Europa League, provocaron una sanción que les impidió jugar dicha competición.
Lo que vino detrás fueron equipos más mediocres. La fuga de talentos, obligada por la economía del club, fue deteriorando todo hasta que llegó el descenso a Segunda División. Bajar de categoría en la campaña 2017-18, y no poder regresar a la élite el curso siguiente, obligaron al club a un complejo proceso de reestructuración deportivo, ejecutivo e institucional durante la temporada 2019-20. El mandato de Al-Thani, asimismo, se cerraba oficialmente el 19 de febrero de 2020, en el que se acordó la Administración Judicial del Málaga CF, con José María Muñoz Jiménez al frente de la entidad blanquiazul.
Así pues, y pese a formar esta campaña, la 2022-23, una plantilla con futbolistas de nivel como Rubén Castro, Álex Gallar, Bustinza o Ndiaye, huele a un nuevo fiasco. Los de Martiricos están antepenúltimos en la tabla, con solo 25 puntos. El Oviedo marca la frontera con la permanencia y tiene diez más, 35. Unos números sonrojantes y que aprietan la soga en el cuello del Málaga, que se presentará en el Gran Canaria -sábado, 20.00 horas- con la urgencia de tener que ganar de una vez por todas lejos de la Costa del Sol.
Tal vez el hecho de haber tenido cinco entrenadores diferentes en dos temporadas fotografíe la situación real de un club que no sonríe. Ni Pepe Mel fue capaz de reconducir el rumbo, cesado al acumular solo 18 de los 54 puntos posibles desde su llegada a Málaga. Ahora manda Pellicer en el banco, pero antes estuvieron José Alberto, Natxo González y Pablo Guede. Una trituradora de técnicos cuando el problema está más arriba.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.