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Fidel se rebela contra la crisis y lidera la goleada de la UD Las Palmas (4-1)

Fidel se rebela contra la crisis y lidera la goleada de la UD Las Palmas (4-1)

Las Palmas coge aire con una goleada ante el Osasuna, equipo que le aventajaba en 10 puntos, y que tumbó con más pegada que fútbol. Fidel, autor de los dos primeros goles, fue el mejor de los amarillos y allanó el terreno de un atractivo encuentro en el que también marcaron Mir y Lemos. La UD vuelve a ganar tras 10 jornadas y asciende al décimo puesto.

Jueves, 1 de enero 1970

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No vencía desde el 20 de octubre, pero a la undécima fue la vencida. Casi tres meses después de aquel 3-0 al Numancia, la UD volvió a sonreír. Lo hizo con más pegada de fútbol, pero para salir de la crisis las formas no importan. Había que ganar por lo civil o por lo criminal y eso fue lo que hizo ante un Osasuna que no se explicaba como, haciendo las cosas bien, jugando con criterio, y en un visto y no visto, se veía a la media hora de partido perdiendo por 3-0. Y eso que empezó avisando con un travesaño, y generó dudas recortando distancias y acercándose con peligro a la portería de Raúl Fernández, pero estesábado la fortuna, después de que la suerte le diera tantas veces la espalda, iba a estar del lado de la UD. Ya tocaba.

Había avisado en la previa Paco Herrera que iba a hacer pocos cambios en el once. El catalán fue a uno de los pocos que dejó satisfecho el punto conquistado en el Cerro del Espino y pretendía dar continuidad a los supuestos brotes verdes con casi los mismos mimbres de aquel 0-0. Pero lo que nadie esperaba es que el único cambio fuera a ser un Lemos que era de lo poco salvable del equipo. Fidel entró en su lugar y vaya si le funcionó la modificación al entrenador.

El primero, a la escuadra

El primer balón que tocó el andaluz lo puso en la escuadra. Fue en el primer acercamiento de la UD y se convirtió en su primer gol con la camiseta amarilla. Chaves controló en la frontal, amagó para dejar por los suelos a un defensor rojillo y quitó las telarañas de la portería defendida por Miño con un zurdazo imparable. Un inicio esperanzador en medio del control territorial y del esférico pamplonica. El Osasuna protagonizó una puesta en escena valiente y retadora, tal y como prometió Jagoba Arrasate. Le quitó el balón a los amarillos y se dedicó a jugar en campo rival. Una propuesta loable pero que resultaría siendo, para suerte del representativo, su ruina.

Los 10 partidos consecutivos sin ganar y el descenso hasta la duodécima plaza había provocado que los equipos hubiesen terminado por perderle el respeto a la Unión Deportiva. Ya no recibe trato de equipo grande. Tampoco hace méritos para ello. Y cuando normalmente los rivales venían al Gran Canaria a encerrarse y esperar su oportunidad para salir a la contra, planteamiento contra el que los locales no tenían respuestas, ahora los visitantes llegan con la intención de llevarse los tres puntos y ya no miran tanto a sus espaldas. Un cambio de actitud que iba a costarle caro al Osasuna.

Al primer tanto de Fidel en el minuto nueve, que llegó justo después de una falta directa de Rubén Pérez que se estrelló en el larguero, le siguió otro gol del que iba a ser el gran protagonista del mejor choque de Las Palmas en los últimos meses. El onubense sí iba a convertir su tiro libre, y lo hizo por la misma escuadra del primer tanto. 20 minutos mágicos en los que el extremo se reivindicó ante Paco Herrera. Y eso que entre ambos goles Rubén Castro desperdició un claro mano a mano tras una gran asistencia del propio Fidel Chaves. Estaba desatado.

Desajustes del contrario

Todo esto ocurría con el Osasuna jugando mejor, bien plantado en el campo, pero muy blando en las dos áreas. Un mal que acostumbra a padecer Las Palmas y que sin embargo le tocó sufrir en esta ocasión al conjunto de Arrasate. Más pegada que fútbol y aprovechando los desajustes de un contrincante que había evidenciado a lo largo de la temporada que en defensa no era ninguna maravilla con 20 goles encajados, el representativo iba a poner tierra de por medio en poco más de 30 minutos. Lo que se presuponía un compromiso complicado estaba siendo un inesperado paseo.

En el 32 llegó el tercero con otra obra de arte. Esta vez fue Galarreta quien encontró con un exquisito pase filtrado a Mir, y el punta definió de maravilla con una vaselina ante la salida de Miño. En ese tipo de jugadas se evidencia que un delantero de este nivel es un privilegio tenerlo en Segunda... Y un sacrilegio en el banquillo, lugar en el que ha pasado más tiempo del que debiera el punta murciano.

El público no se creía lo que estaba viendo. Tantos golazos en tan poco tiempo cogió desprevenido al respetable, que había acudido con temor a otra decepción a Siete Palmas, pero que presenciaba con esperanza una cara distinta de la UD en el primer duelo en casa del año.

Sin balón

Con el 3-0 se llegó al descanso, y la consigna estaba clara: seguir igual. Las Palmas no tenía el control del balón, pero daba igual. Hubo muchos partidos en los que sí lo tuvo y el final fue bochornoso. Sin embargo, al que no le valía el guion actual era al Osasuna, que llegaba crecido con sus tres victorias consecutivas, dos de ellas frente a favoritos como Alcorcón y Cádiz, y se estaba llevando un severo correctivo.

Por ello entró con brío en la segunda mitad y no tardó en llegarle el merecido premio. Un gol de bandera para recortar distancias que comenzó con un espectacular taconazo por el frente izquierdo del ataque rojillo, y que concluyó, previa modélica triangulación dentro del área amarilla, Fran Mérida con un ajustado disparo al fondo de la red.

Nada es fácil para esta UD, ni siquiera cuando mejor le salen las cosas. Después del 3-1, el combinado navarro siguió moviendo el esférico, pero ya con más verticalidad e intención. Arrasate metía pegada con Brandon, Xisco y Barja, y Herrera respondía blindando la banda derecha, donde Curbelo sufría con una amarilla, ingresando a Lemos por un ovacionado Fidel Chaves.

Sentencia

Y de nuevo el cambio le salió redondo al profesional catalán. El lateral gallego, que volvió a jugar más adelantado, ejecutó otra falta de forma magistral para firmar la sentencia y llevar la tranquilidad definitiva al feudo amarillo en el 81. Pudo llegar antes, pero el poste escupió el cabezazo de Timor ante la intranquilidad de la afición, que hasta el 4-1 no respiró con alivio.

Con el cuarto tanto terminó un encuentro que sirvió para poner fin a una tremenda racha sin ganar y para que Herrera celebrase el primer triunfo en su segunda etapa como técnico amarillo. Una victoria que debe ser el punto de inflexión que tanto tiempo se llevaba esperando en el club isleño, y la línea a seguir en la segunda vuelta. Estos tres puntos, más allá de significar el ascenso de varios puestos, tienen que convertirse en una dinámica que ha de confirmarse en casa de un desahuciado como el Reus en una semana. Es ahora o nunca.

Vídeo.

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