
La UD se desangra en la hora de la verdad: un triunfo en los últimos siete partidos
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Fútbol ·
Los amarillos están dejando una imagen famélica cuando el guion obliga a competir con mucha más hambre y ambición que lo visto en las últimas jornadasNo corren buenos tiempos en Las Palmas y los resultados siembran cierto pánico. Solo ha sido capaz de ganar un partido de los últimos siete disputados el conjunto grancanario, que incluso ha visto cómo desperdiciaba opciones de recuperar liderato y, de paso, se dejaba también su plaza en puestos de ascenso directo para evidenciar más aún el mal rato.
La última derrota, en Los Cármenes y ante un Granada muy superior, dejó variar heridas de las que exhiben sangre. La defensa, nuevamente, fue una calamidad. De dos errores groseros llegaron los dos goles locales. Melendo pilló la pelota tras un centro al que no se le presuponía peligro alguno y la mandó a guardar. Fue una secuencia sonrojante. Valles midió mal, Sidnei estorbó y Sergi Cardona dio la espalda a la jugada, para luego dejarla muerta en área pequeña. Ahí no falló el más bajito que estaba en el campo.
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Kevin Fontecha
Poco más tarde fue Uzuni, un depredador siempre con sed de sangre, quien aprovechó el regalo de Marvin en un mal pase a Mfulu, que optó por recriminar el fallo a su compañero en lugar de pelear y defender. Corrió el pichichi, nadie le salió al cruce y batió, con toda la parsimonia del mundo, a Álvaro Valles.
Una vez más, y van ya unas cuantas, Las Palmas echó a perder el primer tiempo. Como acostumbra últimamente. Después vienen las prisas, para variar. Mejoró su cara tras el gol de Coco a balón parado, pero no dio la gasolina para pescar un empate que al descanso parecía una utopía (1-2). El propio zaguero guineano acarició las tablas en tiempo de descuento y en otro remate en jugada ensayada. Pero se volvió la UD de vacío de Granada. Y también fuera de los puestos de ascenso directo.
Todo fue cruz. Como la roja a un Vitolo frustrado y falto de ritmo. Jugó solo unos minutos y fue expulsado en su vuelta cuatro meses después. Viera, encima, vio la quinta amarilla y no estará en la final -aunque Pimienta prefiera llamarlo de otra forma- contra el Levante en el Estadio de Gran Canaria el sábado (17.30 horas).
Los datos, sumados a las malas sensaciones, hablan por sí solos: solo ha logrado una victoria la Unión Deportiva en sus últimos siete encuentros disputados. Ha perdido tres y ha empatado otros tres. O lo que es lo mismo, tan solo ha sumado seis puntos de los últimos 21 posibles. Ha encajado, además, 11 goles y ha metido siete. Restan ahora seis jornadas para que la temporada llegue a su fin y, de momento, sin asegurar tampoco billete en la promoción, toca levantarse de inmediato.
Le toca ahora medir espadas a Las Palmas frente al Levante, próximo rival. Luego afrontará un doble desplazamiento (Zaragoza y Eibar). Recibirá después al Villarreal B. Saldrá de nuevo para pegarse en Cartagena y concluirá la campaña en casa ante el Alavés. Casi nada. Se antoja un final de curso frenético y donde habrá que mejorar.
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