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Daniel Herrera
Jueves, 1 de enero 1970
La Unión Deportiva Las Palmas encalló este domingo ante el pragmatismo de un Villarreal que sentenció en el Gran Canaria con los tantos de Bacca y Sansone (0-2), quedando ahora a cuatro puntos de la salvación, tras el triunfo del Levante sobre el Getafe este fin de semana.
Por su parte, el Villarreal tomó oxígeno con estos tres puntos para asomar la cabeza en Europa, después de mirar de reojo al triunfo del Girona que le había puesto las cosas más que complicadas en la Liga.
Con esa panorámica, el técnico del conjunto isleño, Paco Jémez salió con toda la artillería posible, configurando un 4-4-2 más clásico. Con Chichizola como cancerbero, Las Palmas se asentó en el campo con una línea de cuatro en la retaguardia conformada por Michel Macedo, Gálvez, Ximo y Aguirregaray.
Vicente Gómez, Etebo, Halilovic y Tana dieron cuerpo a la medular, mientras que en la punta de lanza, Erik Expósito repitió titularidad tras marcar en Vigo, acompañando al ariete argentino Calleri. Entre los apuntes a tener en cuenta, Tana se pasa hoy al interior, quedando el carril izquierdo para el uruguayo Aguirregaray, siendo Aquillani el sacrificado en este sistema.
Tras las ocasiones iniciales de Raba y Bacca para el conjunto visitante, la UD no comenzó a asomarse sobre la madriguera del Villarreal hasta el minuto 18, después de un centro de Macedo desde la banda que remató con efervescencia Calleri, desactivándolo el portero.
Con el paso de los minutos, el dominio del juego se tornó más equilibrado en ambas áreas, si bien el conjunto levantino se vio obligado a realizar un cambio con la lesión de Jaume Costa, tomando la alternativa Marín.
Sin embargo, y tras un remate del colombiano Carlos Bacca, concluyó la primera parte con un ritmo ciclotímico, con dominio a los puntos del Villarreal pero con un juego también laxo en la parcela ofensiva. Sin duda, era la mejor noticia para los locales, aunque un punto se antojaba poco botín para lo que necesitaban ambos.
En la reanudación, Jémez probó fortuna con la entrada inmediata de Benito y Momo en sustitución de Etebo y Expósito.
Sin embargo, la fórmula seguía diluyéndose. El partido entraba en un preocupante centrocampismo sin chicha ni mordiente. Sobraba anestesia en el Gran Canaria, hasta que Bacca, con una cabalgada desde la derecha, rompió el empate inicial con un latigazo que se coló tras rebotar en el larguero (0-1, min. 67).
Incluso el colombiano pudo aumentar la renta dos minutos después, pero después de una excelente jugada combinada, el ariete del Villarreal se atiborró de regates sin lograr definir a puerta.
La situación se tornó aún más surrealista cuando el propio Bacca erraba un claro mano a mano ante Chichizola que podía haber significado la sentencia. El cafetero se mostraba más que activo, aunque su falta de puntería le había supuesto marrar dos goles clarísimos para el Submarino.
Pero al final, un penalti de Gálvez en pleno tiempo de prolongación propició el 0-2, firmado por Sansone desde los once metros.
Al final, victoria sin miramientos ni réplicas para un aseado Villarreal que sacó petróleo de una anodina Unión Deportiva, que se complica la papeleta.
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