Pero, además de sus palabras que hacían justicia, Viñayo, que previamente compartió confidencias con Miguel Ángel Ramírez saltando de su asiento al de la primera fila en el que se ubicaba el presidente, también dejó un mensaje ilusionante y aplaudidísimo por el auditorio. «Que este aniversario deje paso a la época más gloriosa del club y que todos podamos verla», dijo el ejecutivo.
La inminente reforma y ampliación del Gran Canaria garantiza una expansión a nivel social y económico y tampoco es menor la trascendencia que implicarán las obras en la Ciudad Deportiva de Barranco Seco, joya patrimonial de la entidad, y cuya transformación asegura igualmente, un salto cualitativo en la logística y posibilidades propias.
Otro de los pilares que sostienen los ambiciosos planes de futuro se sostiene en la internacionalización de la marca. Recientemente se confirmó, para el verano de 2025, un amistoso en Estados Unidos tras la firma de un acuerdo internacional con el holding Spurs Entertainment y su división de fútbol, el San Antonio FC.
Será la primera vez que la UD pise un país en el que los grandes colosos del panorama internacional han consolidado sus sedes en verano y el impacto que tendrá esta presencia se cuantifica de la mejor manera en las auditorías internas que se manejan.
Que no todo dependa de si la pelota entra o no
«Nuestra labor es hacerlo bien en el terreno de juego y, también, fuera, aunque no siempre es fácil», incidía Viñayo en su alocución considerando, como le compete, la esfera que escapa al balón, por mucho que los resultados y los triunfos sean el pegamento más valioso para posicionar el escudo.
Y son varios los años de trabajo y estrategia cuidada que acumulan en los despachos y distintos departamentos de la UD para cumplir con este propósito y los avances han sido significativos, acelerados por el acceso a la máxima categoría del fútbol nacional, en la que se pretende enraizar para consolidar todas las líneas de actuación relativas a ñas diferentes áreas corporativas.
Como ha significado en repetidas ocasiones el propio Ramírez, «no depender de que la pelota entre o no». Y en eso están y siguen.
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