A Pepe Mel le vale con lo que ya tiene

Mel es consciente de que no todos los jugadores que hoy empiezan la pretemporada van a quedarse (habrá salidas por criterios técnicos y, también por la nueva economía de restricciones que se impone) y, además, conoce que, dentro de las limitaciones, habrá un esfuerzo para añadir retoques que puedan añadir competencia y calidad a lo que hay en nómina. Al igual que el presidente, el preparador madrileño no ve con malos ojos apurar, hasta finales de agosto, las posibilidades que pueda dar el mercado veraniego sabiendo que hay una base cualificada y que alcanza a cubrir sus previsiones. A medida que avancen las semanas pueden aparecer oportunidades.

La paulatina puesta a punto de los lesionados Raúl Fernández y Ruiz de Galarreta, quienes, de cumplir los plazos, podrán estar a tope para iniciar el campeonato, la pujanza de los canteranos que se han ganado una ficha profesional, cedidos que vuelven para quedarse y hacerse sitio como Mantovani o Benito, y la reválida que aguarda a los Rubén, Araujo, Timor, Srnic, Maikel Mesa o Deivid, entre otros, muy lejos de su nivel en el curso anterior, dibujan un escenario de esperanza y ambición para Mel.

El diálogo entre presidente y entrenador no pudo ser más coincidente en las líneas maestras de la nueva UD y confirma lo que se ha dado desde su aterrizaje en marzo: a diferencia de algunos de sus antecesores en el cargo, Manolo Jiménez sin ir más lejos, tiene planteamientos afines a los de la dirigencia, lo que se traduce en una empatía que se agradece en las dos direcciones. Con esta base y el conocimiento que ya se tienen de los meses anteriores se facilitará toda la labor de planificación y los movimientos que se avecinan.

Esta tarde, antes del primer entrenamiento, Pepe Mel comparecerá ante los medios de comunicación y actualizará sus impresiones de cara a la afición. Pero al jefe ya le ha dicho que hay madera para ilusionarse y que todo consistirá en recuperar la verdadera medida de muchos de los activos que hay en nómina. Porque la idea de la UD es tratar de salvaguardar el bloque (no hay ofertas por futbolistas de momento, lo que allana ese deseo) y salpicar con alguna cara nueva una plantilla en la que los protagonistas no van a variar en exceso. Por economía y por convicción.

Los que han estado tirarán del carro y Mel ven en ellos lo que se necesita para propulsar a una UD cuyo kilómetro cero impone más sudor que elogios y menos dialéctica de cara a la galería.