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IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria.
Martes, 8 de septiembre 2020
Tiene las maletas preparadas y se entrena «como un animal» por si mañana tuviese que coger el avión a Rusia. Allí tendrá Samuel Carmona que disputar el cinturón interino del Mundial del peso mosca, un reto mayúsculo y que, a sus 24 años, puede catapultar definitivamente una carrera jalonada de éxitos. Rey nacional en su categoría, diploma olímpico en Río 2016 y, más recientemente, el pasado mes de febrero, ya como profesional, campeón del WBA Intercontinental en Kaliningrado ante el colombiano José Antonio Jiménez. Pero el púgil grancanario es insaciable, quiere más y no va a escatimar en su altura de miras. Para muestra, el sacrificio personal que asumirá con tal de respetar el calendario previsto: «En octubre nacerá mi primera hija y lo más probable es que no pueda estar aquí para acompañar a mi pareja en el parto. Un palo fuerte, desde luego, porque he vivido todo el embarazo con muchísimas emociones. Pero debo aceptar esta renuncia porque el calendario es el que es y te impone estas situacionestan especiales. No queda otra que asumirlo».
Y es que Carmona, que pertenece a la promotora Patriot Boxing Promotions, sabe que «en cualquier momento» puede ser requerido para volver a subirse al ring y evidenciar que, pese al parón competitivo, mantiene sus poderes cuando se ajusta los guantes. «Han sido meses durísimos en todos los sentidos, dentro y fuera del deporte, y seguimos metidos en un problema, el de la pandemia, que nos ha cambiado la vida. Yo me he centrado en el gimnasio y en la familia. Me encuentro muy bien, con muchísimo entrenamiento acumulado que me permite ser optimista. Pienso que voy a responder cuando llegue la hora de la verdad porque siempre soñé con poder disputar un título mundial y ahora se me presenta la oportunidad y, desde luego, ni quiero ni pienso desaprovecharla».
Las previsiones es que el título se dispute antes de que acabe el año en curso pese a las restricciones impuestas por la expansión de la pandemia.
«Ha sido fundamental en este tiempo mantener la concentración y la fortaleza mental. No es fácil motivarse en medio de tanta incertidumbre. En mi caso, apenas pude saborear mi primer título profesional porque todas las previsiones del año se vinieron abajo con el coronavirus. Gracias a mi gente, a mi entrenador, Carlos Formento, y a la determinación que siempre puse, he logrado conservar una disciplina y exigencia cada día. No hay otro camino si quieres llegar a lo más alto. También quiero acordarme de Martin Nicholas David, que me patrocina con los guantes Salvador Elite. Siempre ha estado ahí y es otro de los apoyos que me han impulsado y que agradezco», expone.
Por ello, considera que «todos los esfuerzos habrán merecido la pena» si, como visualiza, logra alzar sus brazos al cielo en el cruce decisivo, todavía a falta de confirmar adversario, para ser campeón planetario. «Estoy ya en cuenta atrás y, a medida que transcurre septiembre, sé que se aproxima esa llamada que tanto espero. Mientras, a dejarme el alma en cada sesión física y técnica», concluye categórico.
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