Voluntad infinita para coleccionar sueños

Si la motivación es grande, los objetivos siempre serán pequeños». Esa frase mueve la fe y el esfuerzo diario del nadador grancanario Alejandro Rojas, de 24 años e integrante del Club Deportivo Enagracan de natación adaptada, quien mañana se desplazará a México para luchar por una medalla en el Mundial del Comité Paralímpico Internacional (IPC) y que se prolongará hasta el próximo 7 de diciembre.

Tras obtener la mínima (34,64) en el Campeonato de España de Natación Paralímpica en Cádiz el pasado mes de junio, el deportista isleño, con una hemiparesia lateral izquierda, viajará al país centroamericano con una expedición nacional de 24 nadadores y 12 integrantes del equipo técnico para afrontar una cita internacional que se aplazó el pasado mes de septiembre por el terremoto de magnitud 7,1 que dejó 369 víctimas mortales.

«Las aspiraciones están por todo lo alto de cara a mi primer Mundial, ya que estoy con opciones de entrar en el Plan Ado y así poder prepararme como un deportista de alto nivel. El primer objetivo es pasar a la final y, una vez ahí, luchar por un cuarto puesto, incluso por una medalla. Tengo mucha ilusión, aunque también nervios; si no los tuviera, creo que sería algo negativo», dice Rojas, quien competirá en la prueba de 50 metros mariposa el 6 de diciembre en la piscina olímpica Francisco Márquez, mientras que un día después lo hará en los 50 libres.

El deportista, que cuenta con la beca del Proyecto Capacitas de la Fundación Disa y trabaja como monitor en el Aguacan, es un fijo en las concentraciones de tecnificación de la selección de parálisis cerebral desde 2011 y se colgó la medalla de plata en los 50 mariposa el pasado año, si bien se quedó a las puertas de acudir a los Juegos Paralímpicos de Río a pesar de estar preseleccionado.

«Estoy en el camino y el objetivo a largo plazo es estar en Tokio 2020. La preparación empieza ya con este Mundial. Si sale bien, se podría vivir de la natación y sería una enorme motivación, puesto que te permite ir a más a competiciones a nivel internacional, siendo tres años de duros entrenamientos, pero, si queremos el sueño, ésta es la oportunidad», argumenta un nadador que simboliza la constancia, el esfuerzo y el sacrificio por alcanzar una metas que ya no son imposibles, incidiendo durante seis horas diarias en el trabajo físico y en la piscina.

«Ahora mismo no queremos hablar de Tokio porque no sabemos qué puede pasar de aquí a tres años, pero es un sueño», relata su entrenador Francisco Galván.

Por su parte, Claudia Brito Santana, de 13 años y que estuvo en el Europeo en 2015, tomará parte en el Mundial IWAS en Vila Real de Santo Antonio, en Portugal, a partir de este viernes. Perteneciente al Plan AXA Paralímpico, la joven promesa, con una dismetría en la pierna derecha de 12 centímetros, es una de las cinco elegidas por la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física (FEDDF).

«Estoy emocionada porque llegue el momento. Todavía no estoy nerviosa, pero allí seguro que lo estaré», apunta Brito, una promesa con mucho desparpajo que participará en siete pruebas: 50 y 100 metros libres, 50 y 100 espalda, 50 y 100 braza y, por último, en los 200 metros estilos.

Puesta a punto en el CN Metropole

«La preparación de Alejandro ha sido muy larga. Es más el cansancio psicológico que se lleva que la física, ya que se ha mantenido un microciclo más desde el parón por no celebrarse el Mundial en septiembre. Una temporada normal son 12 meses, aunque suele quedarse en diez, pero esta vez han sido 18 meses. Ha sido matador para los dos porque hemos variado, buscando cosas diferentes para mantener el ánimo. Tener un objetivo a largo plazo y que se alargue aún más, hace muy difícil mantener la motivación por muy disciplinado que seas», afirma el entrenador del comité nacional y seleccionador Francisco Galván, cuya preparación se ha alternado entre la Ciudad Deportiva Gran Canaria, ya que la piscina se está remodelando, y el CAR de Sierra Nevada.

«Ahora tenemos que darle las gracias al Club Natación Metropole por dejarnos un espacio para poder preparar el Mundial. Estamos agradecidos por abrirnos las puertas y poder entrenar en condiciones. Mi entrenador y yo estuvimos durante 25 días en Sierra Nevada (2.320 metros de altura) para aclimatarnos a la altura porque el Mundial se disputará a 2.500 metros sobre el nivel del mar», subraya Alejandro Rojas.

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