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Alonso y Sainz hincan la rodilla en un anodino GP de España
GP de España

Alonso y Sainz hincan la rodilla en un anodino GP de España

Verstappen arrasó en una carrera con demasiada gestión estratégica, poca acción en pista y un empuje de Mercedes que mete a otros rivales en la lucha

David Sánchez de Castro

Madrid

Domingo, 4 de junio 2023, 13:45

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No le puede sorprender a nadie que la carrera del GP de España haya sido, un año más, tirando a aburrida. El Circuit de Barcelona-Catalunya es tan conocido por los pilotos que ni siquiera la eliminación de la chicane final o la amenaza constante de lluvia dio un mínimo de espectáculo en una sucesión de vueltas en las que Max Verstappen ganó de principio a fin. Tanto es así que incluso le metieron dos avisos por pasarse los límites de pista porque se iba aburriendo. Junto a él en el podio, Lewis Hamilton, que comandó la resurrección de Mercedes, y un George Russell que confirmó el resurgir de este nuevo monoplaza.

No fue el fin de semana de los pilotos españoles. Ni Carlos Sainz, que partía segundo y acabó quinto, ni mucho menos un Fernando Alonso que lo hacía octavo tuvieron opciones ya no solo de rebatirle la victoria a Verstappen, sino de discutir las posiciones de podio. Ni en Ferrari estuvieron acertados con la estrategia (cero sorpresa), ni pudieron con el empuje de los que apuntan a ser sus grandes rivales este año. Mercedes, cuyo cambio de filosofía del coche le ha dado réditos ya en esta carrera, acabó en Montmeló como el único en poder perseguir a Verstappen. Bueno para ellos, malo para el resto, empezando por Ferrari y Aston Martin, que claudicaron ante las flechas negras.

En la salida no hubo grandes sobresaltos, al menos en lo que a los españoles les influía. Carlos Sainz intentó pasar por fuera de la primera curva a un Verstappen que gozó de una de sus carreras más fáciles en mucho tiempo, lo que unido a unos Mercedes que estuvieron un punto por encima de lo que se preveía, hizo que el madrileño fuera carne de cañón más adelante.

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Y es que ni las estrategias ni la temida lluvia, ni mucho menos el rendimiento puro de los coches, impidieron que el podio tuviera un protagonismo no español. Fue una carrera en la que tanto Sainz como Fernando Alonso sufrieron. El asturiano, gran ídolo de una grada enfervorecida con más 125.000 espectadores 'in situ' que se quedaron algo fríos con el resultado final, sufrió desde el inicio no tanto por su rendimiento, sino porque ni lo planteado desde el muro ni su propia posición les ayudó. Tanto Alonso como Stroll decidieron jugársela a una estrategia de blando-blando-duro, lo que en un principio debería darles ventaja en los primeros relevos de la carrera. Nada más lejos, toda vez que tanto Sergio Pérez como un sorprendente Yuki Tsunoda inicialmente pusieron en complicaciones al español.

Sin incidentes

Mientras Verstappen se iba inexorablemente hacia una nueva victoria, Sainz sufría ante el empuje de los Mercedes. Lewis Hamilton tardó muy poco en arrebatarle la segunda plaza al madrileño, que acabó claudicando no solo con el heptacampeón, sino también con un Russell imparable y un Sergio Pérez que salvó los muebles tras otro sábado lamentable. El de Ferrari no pudo hacer mucho más que puntuar, algo que su compañero ni siquiera alcanzó después de finalizar decimosegundo.

En Aston Martin hubo noticia. No tanto porque no hubo uno de sus pilotos en el podio, después de que Alonso lograra el peor resultado de la temporada, sino porque Stroll acabó por delante del asturiano. Alonso poco o nada pudo hacer más allá de llevar el coche al garaje sin fallo mecánico. Ni siquiera atacó a su compañero, hasta el punto de que avisó por radio de que le mandaran un mensaje al hijo del jefe: ni le iba a disputar la sexta plaza, ni iba a obligarle a apretar más de lo necesario. Por destacar una acción de Alonso en esta carrera, su adelantamiento a Esteban Ocon, que demostró sus malas artes por enésima vez cuando le echó de pista a la salida del 'pit lane' al que fue su compañero en Alpine. Un jarro de agua fría para los miles de hinchas españoles, que vieron el peor resultado del año de su ídolo en una carrera que ni mucho menos pasará a la historia.

No es una buena noticia para los promotores de Montmeló que año tras año sea una de las citas que se prevén aburridas. Con los responsables del próximo GP en Madrid al acecho (ya se reunieron en Barcelona con los responsables de la Fórmjula 1) de cara a 2026, el GP de España demostró una vez más que, por mucho que les guste a los ingenieros y a los pilotos, para los fans no es una de las citas más atractivas. Y eso, por mucho que arrastren Alonso y Sainz (más el ovetense que el madrileño), no es suficiente.

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