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Max Verstappen celebra su triunfo en el GP de Japón y su segundo Mundial de F1. Philip FONG / AFP
Verstappen se proclama bicampeón del mundo entre esperpentos
GP de Japón

Verstappen se proclama bicampeón del mundo entre esperpentos

El neerlandés ganó en Suzuka una carrera que no completó todas sus vueltas, que tuvo polémica y sustos serios y acabó con una celebración surrealista

david sánchez de castro

Domingo, 9 de octubre 2022, 05:58

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La Fórmula 1 se ha empeñado en convertirse en un deporte cuya resolución tiene que estar escrita por un guionista con alma de psicópata. No se puede explicar de otra manera todo lo sucedido en el Gran Premio de Japón, que duró tres horas pese a ser el de menor distancia recorrida de la historia (162 km) y que confirmó a Max Verstappen como bicampeón del mundo, con 32 victorias. Doble empate con Fernando Alonso, que acabó séptimo tras perder el sexto puesto sobre la misma línea de meta.

La carrera se detuvo muy pronto, cuando apenas se había dado vuelta y media. El optimismo con el que todos los pilotos salieron con neumáticos intermedios se acabó enseguida. Vettel tuvo un toque con Alonso y acabó fuera, un trompo de Zhou, una rotura de Albon y, sobre todo, un accidente de Sainz hizo que la FIA ordenase salir al coche de seguridad para reagrupar y meter en boxes para una bandera roja.

Por el camino, la FIA quedó notablemente señalada por un grave error. Mientras el grupo se reagrupaba, ordenaron salir a una grúa para recuperar el coche de Sainz. El problema es que, aunque estaban tras el coche de seguridad, la bandera roja no se había desplegado aún y había un coche que estaba rodando a alta velocidad para alcanzar el pelotón, el de Pierre Gasly. El francés estalló tanto por la radio como luego en boxes, porque el recuerdo del accidente mortal de Jules Bianchi estaba muy presente (Pierre, el padre del fallecido, calificó la acción de «falta de respeto por la vida de los pilotos»). Gran debate sobre si la FIA había actuado bien (no) o si Gasly había sido demasiado optimista al rodar a 250 km/h en esas condiciones, hubiera grúa o no en pista. De hecho, Gasly pasó a esa velocidad al lado del coche accidentado de Sainz mientras un comisario estaba poniéndole las cinchas para subirlo a la grúa. Todos los pilotos de manera unánime se quejaron de la decisión de dirección de carrera, pero el galo de AlphaTauri no quedó bien parado tampoco: ¿a qué venía ir tan 'a fuego' cuando iba a reincorporarse al pelotón?

Mientras se resolvía el tema, la lluvia no dejó de caer en Suzuka. Aunque la pista se estaba encharcando cada vez más, la carrera no se suspendió definitivamente mientras se esperaba a que hubiera una ventana de apertura de competición. La posibilidad de ver a Max Verstappen proclamarse campeón en Suzuka parecía hacerse imposible conforme pasaban los minutos, ya que al no darse dos vueltas bajo bandera verde (la suspensión fue a la vuelta y media), se puso en serio peligro que se disputara el mínimo para puntuar. Si no dejaba de llover y se daba por suspendida del todo la carrera, no se repartirían puntos.

Dos horas y quince minutos después, una resalida abortada, la polémica con la grúa y las quejas de los pilotos, la carrera se reanudó tras el coche de seguridad. Esta reanudación sería la que, finalmente, sería clave.

Una sanción decide el Mundial

Tras dos vueltas con neumáticos de lluvia extrema, Vettel y Latifi fueron los primeros en atreverse a montar intermedios. El enorme ritmo que obtuvieron hizo que el resto fuera detrás, y de hecho estos dos pilotos lograron al final entrar en los puntos gracias a esta audaz decisión de sus respectivos equipos. Especialmente meritorio fue en el caso del alemán, que en la primera vuelta estaba trompeado y acabó entrando sexto tras una intensa pelea con Fernando Alonso en una última vuelta memorable. Solo 11 segundos separaron al de Aston Martin sobre el que será su sustituto, que acabó con la racha de dos carreras sin puntuar. El séptimo puesto sabe bien, al final, especialmente para Alpine porque además Esteban Ocon defendió con uñas y dientes el cuarto puesto ante todo un Lewis Hamilton, lo que les permite recuperar el ánimo tras el desastre de Singapur.

Verstappen no especuló en ningún momento. Sabía que sus opciones al título pasaban por ganar, ya que sin vuelta rápida (no se repartió ese punto extra por las circunstancias de la carrera) no dependía de sí mismo y fue lo que hizo: tirar a muerte. Los 26 segundos de margen con los que entró en meta en una carrera que duró 24 vueltas lo dicen todo.

Tras él entró Charles Leclerc. pero este fue sancionado. Y es que la lucha final entre el monegasco y Sergio Pérez por la plata de este GP se resolvió con el de Ferrari saltándose la última chicane para defender la posición justo antes de entrar en meta. La FIA no se lo pensó y le endosó inmediatamente 5 segundos de penalización mientras a Verstappen le entrevistaban. Y se culminó el esperpento.

Celebración descafeinada

La sorprendente presteza con la que la FIA resolvió la sanción pilló por sorpresa a todos, incluido el propio Verstappen. Todos daban por hecho que no se iban a repartir todos los puntos porque, desde la actualización de la normativa tras el bochornoso GP de Bélgica de 2021, se estableció un baremo claro: de 2 al 25% de vueltas completadas se daba una puntuación, del 25% al 50% otro, del 50% al 75% otro y del 75% al total se puntuaba normal. Eso creían hasta en Red Bull, donde no celebraron el título de Verstappen ni siquiera cuando vieron que a Leclerc le mandaban al tercer puesto.

Sin embargo, lo que no sabían (o no habían leído bien en la norma) es que con esta actualización la clave estaba en la reanudación: «Si una carrera se suspende de acuerdo con el Artículo 57, y no puede reanudarse.». Dado que sí se retomó la carrera, no ha lugar la aplicación de este artículo y, por tanto, se dieron todos los puntos. Lo que parecía que iba a ser quedarse a las puertas se convirtió en una celebración de bicampeonato un tanto descafeinada. Ni el propio Verstappen sabía si era campeón hasta que subió al podio.

Al final, y con una FIA muy señalada por todo lo ocurrido, el neerlandés culminó el hito. Iba a ser tarde o temprano, después de ganar dos terceras partes de los GPs disputados este año, y a punto de batir el récord de las trece victorias en un año. El nuevo bicampeón del mundo viene a romper con todos los esquemas posibles, y lo vivido en Japón es una demostración más: ni siquiera siendo tan dominador puede cantar el alirón por la vía ortodoxa.

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