Pollo de Máguez: el Di Stéfano de los terreros que provocó un huracán
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Figura en la década de los sesenta, y que pusieron a la par de la del futbolista argentino del Real Madrid, su marcha del Adargoma a Tenerife fue muy polémicaPedro Reyes
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 2 de marzo 2024, 17:00
Andrés Luzardo, el Pollo de Máguez, fue uno de los grandes luchadores de finales de los 50 y la década de los 60. Había nacido el 21 de octubre de 1935 en Máguez (Haría). Antes de tener ficha con el Kruger, su primer equipo de lucha, la tuvo como portero del Haría de fútbol. Él mismo, en una entrevista el 25 de mayo de 2005, resumía su carrera luchística.
«Comencé de niño a luchar en las eras, especialmente en la de José María Feo, donde único se podía hacer y nos rompíamos los pantalones. Solo luché con la gente de Máguez en cuatro ocasiones; dos en Arrecife, donde una vez tiré a Matoso y otra me tiró él a mí; una en Guatiza y otras dos en las fiestas de San Ginés, donde Matoso llevaba luchadores de toda la isla y traía a los equipos. Allí tiré al Pollo de los Reyes, al Pollo de San Nicolás y tres luchadores más del Adargoma. Después Matoso me hizo una carta de recomendación para luchar en el Adargoma, ya que me iba a Gran Canaria a hacer la mili, pero no fui al Adargoma sino al Kruger, ya que allí luchaba Heraclio Niz, el Pollo de Arrecife, y lo conocía. Después estuve un tiempo, tras ir al bar de los hermanos Barreto, en el Tumbador creo, y ya me fui a firmar con el Adargoma. Estando ahí, tiré a casi todos en Las Palmas, incluido Abel Cárdenes, que lo tumbé una vez, pero él a mí me tiró veinte. De Tenerife vino Pancho Camurria y el directivo Francisco Lara y me ofrecieron firmar en el Santa Cruz. Me daban un trabajo en la Refinería y allí estuve diez años. El primer año no, pero a partir del segundo, ganamos todos los campeonatos de Tenerife y de Canarias en los nueve años siguientes. En Tenerife me hice luchador y allí llevo ya 40 años, tengo una casa y ya soy un chicharrero más», reconocía.
El Pollo de Máguez llegaba a en Gran Canaria en 1957, cuando hizo algunas luchadas y, por ello, se le prohibió luchar en las competiciones sindicales «porque había bregado en el Campo España». Era uno de los pocos hombres que el periódico Falange determinaba que podría tumbar a Abel Cárdenes. Firmaba con el Kruger para la temporada de 1958 siendo considerado «el fenómeno del que tanto se habla» y hacía su primera luchada oficial, el 15 de diciembre de 1957 contra el Rumbo.
En la crónica de su debut se dijo: «El Pollo de Máguez salió nervioso y no pudo ni moverse, pero tiene condiciones y podría ser un hombre terrible».
Con 1,93 metros y 103 kilos de peso, lo tenía todo para triunfar. En el Adargoma, en 1959, fue entrenado por el mítico preparador, Juan Mugica. El hijo de Mugica detallaba a CANARIAS7: «Mi padre me decía que al Pollo de Máguez, cuando llegó, lo tiraban porque no sabía tener la posición adecuada. Se pasó la temporada enseñándole a coger la posición y a agacharse, además de alguna maña como la cadera. Era todo un coloso». La anécdota estaba que no podía con Abel Cárdenes. «Mi padre estuvo un tiempo con él, preparándole para poder derribarlo, hasta que lo consiguió», añadía. Andrés había declarado en la prensa local que Cárdenes era el rival «más poderoso» al que se había enfrentado.
El 28 de febrero de 1960, se publicaba en Falange: «Ha estado en Las Palmas de pesca el directivo tinerfeño Sr. Lara, que hizo gestiones con el Pollo de Máguez para llevárselo a Tenerife. Error. Está fichado a favor del Adargoma y en todo este año no podrá cambiar voluntariamente de club y después, lo dudamos mucho, porque el Pollo de Máguez está muy bien en Las Palmas».
El 10 de marzo insiste el mismo medio:«El Pollo de Máguez tiene firmada ficha con el Adargoma para 1960 y que no le dará la baja, por lo que si decide irse estará inactivo o sancionado». Una semana después, en relación a la fuga del Pollo de Máguez, «el Adargoma cursaba escrito a la Federación Regional para que fuera sancionado y ésta quiere llegar a la Nacional para evitar crear un precedente funesto para la lucha canaria, que, por un cambio de residencia que no está en el reglamento, se pueda cambiar de equipo con ficha en vigor».
La prensa tinerfeña daba por hecho su fichaje y que lucharía en la Plaza de Toros con el Santa Cruz, mientras el Adargoma esperaba por la resolución de la Federación Nacional. Según Aire Libre, debutaba el 28 de marzo y no tuvo una buena actuación.
El periódico Madrid, en la crónica de su corresponsal Fernando Galán, escribía sobre este curioso caso:
«El deporte propio del archipiélago canario se encuentra en estos momentos ante un caso insólito, jamás visto en sus varios siglos de existencia, se produjo un problema semejante. Andrés Luzardo Barreto, de 24 años, conocido en el mundillo deportivo isleño como el Pollo de Máguez, por haber nacido en la villa que lleva este nombre, es algo así como el Di Stéfano de la lucha canaria y a pesar de sus 1,93 metros de estatura y 103 kilos de peso, ha desaparecido sin dejar rastro. Había fichado por el club Adargoma, un Real Madrid en el deporte de la lucha, que, a sabiendas que había dado con un diamante en bruto, se trajo a Luzardo Barreto desde su tierra lanzaroteña hasta Las Palmas. Los preparadores le limaron defectos y pronto el Pollo de Máguez fue la figura más destacada del conjunto adargomistas. No escatimaron gastos hasta conseguirle un empleo. Previo acuerdo con el dueño del establecimiento se le consiguió un hotel, pues el de Lanzarote por su corpulencia y desgaste por el deporte que practica, tiene un saque de reglamento, en lo de manejar cubiertos y yantar. Como no sabía ni leer ni escribir, se le puso un profesor. Por fin logró el empleo soñado, por tres mil pesetas mensuales, por repartir bombonas de gas butano, que no es la de destripando terrones o dándole a un pico«.
«Con el de Máguez en el terrero- que es como en la lucha canaria se le llama al círculo donde se miden los luchadores- la potencialidad del Adargoma subía muchos enteros y sus aficionados se sentían muy optimistas cara al campeonato que se iniciaba. Pero he de aquí que el Pollo de Máguez se ha esfumado. En principio se pensó que había sufrido un accidente. Confusas noticias llegadas desde Tenerife lo sitúan en el Santa Cruz, hábilmente camuflado, equipo de lucha que cansado de derrotas trata de reforzarse con un hércules de tal magnitud, capaz de barrer- palabra clásica de la lucha canaria- con cuantos hombres se le enfrenten Según los enteraos, el equipo tinerfeño puso en manos del Pollo de Máguez cinco mil duros, cantidad jamás pagada por el fichaje de un luchador. Todo estaría resuelto a gusto del equipo que custodia al Pollo de Máguez, de no ser porque la Federación Nacional de lucha lleva control de fichas y el club Adargoma de Las Palmas, en uso de los derechos que cree asistirle, ha presentado una clara exposición de ellos, con la propuesta que sea inhabilitado a perpetuidad».
Desde Tenerife respondía en la prensa local, y muy enfadado, el lanzaroteño. «¡Esto es intolerable! Todo el mundo sabe que he fichado por el Santa Cruz. Los primeros en enterarse de mi decisión fueron los directivos del Adargoma, al que pertenecía, hasta venir a Tenerife y se negaron rotundamente a darme la carta de libertad. No me dejaban marchar. Entonces, amparándome en los reglamentos, existe un párrafo que dice que un deportista amateur, al cambiar de residencia, queda automáticamente en libertad. Cogí las maletas, y pese a la oposición del presidente D. Buenaventura Benítez Ramos, que me manifestó reiteradamente que haría todo lo posible para que no luchara ni aquí, ni allá, me vine a Santa Cruz. La Nacional, conforme a lo legislado, lo ha fallado a mi favor. Pertenezco pues, reglamentariamente, a mi nuevo club. Fiché sin percibir un céntimo, dada mi condición de amateur no puedo cobrar nada. Sólo acepté un buen empleo, mucho mejor remunerado que el que tenía en Las Palmas, que era de poco porvenir, comparado con el que ahora tengo. El Adargoma hizo por mí poca cosa. Pagarme, mientras no tenía trabajo, cuatro meses de pensión. Yo, en cambio, hice mucho por el club. Creo que nadie tenga quejas de mí. Ni directivos, compañeros, aficionados, etc. Allí dejé buenos amigos, que espero sigan siéndolo como yo de ellos». Lo principal del fichaje y lo que convenció al Pollo de Máguez fue que en Tenerife no tendría que trabajar, solo estar en la Refinería nada más, ya que fue la manera encubierta de contratarlo.
En otra entrevista concedida en Tenerife en 1966, consideraba a Orlando Sánchez el mejor luchador al que se había enfrentado; que había tenido que operarse de la rodilla, dejando claro que jamás había lesionado a nadie y que había perdido alguna agarrada para evitar dar un golpe al rival. Además, que con Felipe del Castillo podía agarrar sin árbitro.
También recordaba, que fue el Pollo de las Canteras que que lo tiró y le privó de ganar el primer año en el Santa Cruz el título que fue para el Hesperides.
Una vez retirados se dedicó a entrenar y fue un hombre reconocido. Recibía en 1999 el Galardón Haría por su labor.
Fallecía en 2007 y en 2012, sus compañeros del Santa Cruz, le levantaban un monolito con una placa en la Plaza Primero de Mayo, junto al mercado de África, en la capital tinerfeña. Con antelación, el municipio de Haría honró su figura con el nombre de una calle del en 2010.
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