Borrar

La noche en la que Gálvez y Ximo secaron a Messi

La pareja de centrales se doctoró ante el astro argentino con un partido sencillamente sublime. El esfuerzo defensivo de los de Paco Jémez acabó desquiciando al líder de la Liga.

Viernes, 2 de marzo 2018, 00:47

Tardó cuatro minutos Leo Messi en acariciar su primera pelota. Estuvo dando un paseo por el verde de Siete Palmas hasta que decidió aparecer, pero la UD no estaba por la labor de dejarlo jugar. Su fútbol se resumió en un par de asistencias, galopadas desenfrenadas y regates endiablados. Con un golazo, eso sí. El argentino, un escalón (o varios) por encima de cualquier futbolista en activo, se vio superado por la defensa isleña, capitaneada por un inconmensurable Alejandro Gálvez. La premisa estaba clara, que el argentino bajase al barro.

Vicente y Etebo tenían bien estudiados los apuntes. El objetivo era incuestionable. El 10 culé no podía recibir, y si lo hacía, no debía tener tiempo para pensar. Aún así, durante sus primeras intervenciones, con dos jugadores encima, hacía lo que quería. Se iba del canterano, le salía el nigeriano al cruce y tampoco era capaz de frenarlo. Hasta que, multiplicando esfuerzos en la retaguardia, se secó al delantero.

Así llegó la amarilla para Dani Castellano. Había que parar a Messi. No podía correr. Sombrero del pichichi de la Liga, carrera con el esférico cosido a su pie izquierdo y el lateral se dejó el alma para poder detenerlo. Falta, cartulina y primer disparo a portería de Messi. Lo hacía de libre directo. El lanzamiento iba teledirigido al palo izquierdo de Chichizola, que volaba para evitar el tanto del delantero. Mano antológica. El internacional argentino se lamentaba. Era su primera bala. A la siguiente no fallaría.

Otra falta en la frontal. De nuevo una amonestación, esta vez para Ximo. Messi cargó su rifle, apuntó a la escuadra y ahí la puso. Si había alguna araña, probablemente pasase a mejor vida. Chichizola no pudo hacer nada. Era su primer gol en Gran Canaria tras tres visitas.

Pero tras la reanudación, Leo Messi iba a parecer terrestre. Y eso fue gracias a la zaga amarilla. Eclipsado por la ambición y el desparpajo de la UD, le costaba encontrar el balón. Y la más clara que tuvo, la solventó Aguirregaray en un acto de fe, con un robo cuando ya encaraba a Chichizola. El uruguayo, anárquico como acostumbra, fue un muro infranqueable. Ximo Navarro se doctoró en Primera y se sumó al ataque ofreciendo una exhibición física. Dani barrió. Etebo y Vicente colaboraron. Gálvez hizo de Beckenbauer y Messi se fue cabizbajo del Gran Canaria.

Sigues a Kevin Fontecha. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 La noche en la que Gálvez y Ximo secaron a Messi

La noche en la que Gálvez y Ximo secaron a Messi