Héctor Báez, la promesa del arbitraje grancanario

Se inició en el arbitraje en 2012 y desde entonces todo han sido éxitos. Su experiencia como jugador y entrenador y su vida ligada al baloncesto desde pequeño, le permitió marcar la diferencia y hacerse un hueco en un mundo muy competitivo y complejo como es el arbitraje. Desde 2012 hasta hoy ha tenido que ir superando obstáculos y categorías para llegar hasta la élite. En tan solo cuatro años, alcanzó la categoría de Liga EBA, tras arbitrar la Final Femenina del Campeonato de España Minibasket 2016 en San Fernando (Cádiz); y este verano recibió la dulce noticia de su ascenso al Grupo 1 de la FEB, a sus 27 años.

Faltó poco para que compartiese parqué con su hermano, el jugador Adrián Báez, dos años menor, en los partidos de Liga EBA. Una lesión en el hombro alejó a Adrián de las canchas después de su debut en ACB con el CB Canarias en 2013. Posteriormente, ya recuperado, fue jugador clave en el ascenso a Liga EBA del CB Gran Canaria en 2015, y jugador de esa liga durante la temporada 2015/2016; un año antes de que Héctor llegara a la categoría. Actualmente, su hermano Adrián es el responsable de la alimentación de algunos jugadores del Gran Canaria ACB y de los del filial EBA, además de ser jugador y entrenador en las categorías de la liga insular de Gran Canaria.

Solo 69 árbitros en toda España pertenecen a la máxima categoría, y Gran Canaria no tenía representación arbitral en esta liga desde hace más de veinte años. Un éxito al alcance de muy pocos.

La modestia que caracteriza a Héctor no le permite pensar en dirigir partidos ACB o convertirse en árbitro internacional: «Nunca pensé que arbitraría partidos en LEB cuando empecé y pitaba cadetes, y ahora no pienso más allá de trabajar y adaptarme a la categoría; pero está claro que todos soñamos con llegar a lo más alto».

También asegura que sus referentes han ido cambiando a lo largo de los años: «Intento fijarme en los árbitros que están uno o dos pasos por delante de mí». Y guarda un recuerdo especial de sus comienzos con Juan Carlos Arteaga, que lo motivó para trabajar y luchar por progresar en el arbitraje, y que siempre ha dicho de Héctor que lo tiene todo para llegar lejos: talento y ser buena persona.

El salto de la Liga EBA y Liga Femenina 2 a LEB y Liga DIA es un reto de por sí porque el nivel de juego cambia muchísimo. Se pasa de una liga amateur a una liga profesional, y la exigencia también la notan los árbitros, que deben adaptarse a un ritmo mucho más alto. Además, se pasa de la mecánica de dos árbitros a la de tres, lo que requiere un proceso de adaptación y reinvención como árbitro al que Héctor tiene que enfrentarse esta temporada.

Héctor Báez, por su trabajo y su humildad, es actualmente un referente para las nuevas generaciones de árbitros que se inician. Sin duda, un espejo en el que mirarse y un ejemplo a seguir para todo un colectivo, que desea verlo triunfar en este nuevo reto y en todos los que vengan.