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La FIFA prohibió al carismático portero Manuel Neuer lucir el brazalete arcoíris en el estreno de la 'Mannschaft' ante Japón y toda la selección teutona protestó antes de debutar en el Mundial de Qatar con un gesto histórico y significativo. Para la foto oficial del choque, los once futbolistas titulares ante los nipones se taparon la boca como queja por la medida represiva del organismo internacional.
Neuer no osó desafiar al final al organismo que preside Gianni Infantino y no lució finalmente el brazalete con el lema 'One Love' que le exponía a una sanción económica y otra deportiva en caso haberlo hecho. Sí portó uno con el lema 'No discriminación' impulsado por la FIFA, aunque se lo tapó con la manga en el momento de saltar al campo y durante el partido.
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El capitán de Alemania había anunciado días antes que luciría el brazalete y estaría dispuesto a pagar la multa que le pusieran: «Tenemos el apoyo absoluto de los responsables de la Federación Alemana y vamos a seguir representando esta iniciativa. Sí, lo llevaré», dijo antes de conocer las amenazas de la FIFA.
Instantes después de la iniciativa de los internacionales de taparse la boca al posar en los prolegómenos del duelo ante los japoneses, la Federación alemana (DFB) se pronunció en redes sociales: «Con nuestro brazalete de capitán queríamos dar ejemplo de valores que vivimos en la selección: la diversidad y el respeto mutuo. Sea ruidoso junto con otras naciones. No se trata de un mensaje político: los derechos humanos no son negociables». «Eso debería ser evidente. Pero lamentablemente todavía no lo es. Por eso este mensaje es tan importante para nosotros. Prohibirnos la venda es como prohibirnos la boca. Nuestra postura se mantiene», añadía en un segundo tuit.
Las reivindicaciones no se quedaron en ese gesto de los hombres de Hansi Flick. Así por ejemplo, la ministra de Interior alemana, Nancy Faeser, apareció en el palco del estadio, al lado de las autoridades del país asiático, mostrando ese brazalete de la polémica que sacude al Mundial catarí, el de la vergüenza aunque al final unos y otros han tragado.
«No nos hemos arrodillado ante la FIFA. Entendemos la decepción y la indignación. Fuimos sometidos a un chantaje extremo en el que pensamos que teníamos que tomar esta decisión aunque no queríamos tomarla», justificó el director de comunicación de la DFB, Steffen Simon, sobre la renuncia a llevar el brazalete.
Cabe recordar que Alemania, junto con otras seis selecciones, había anunciado que portaría un brazalete con un corazón y con unos colores similares, aunque no idénticos, a los de la bandera LGTB. La FIFA, sin embargo, advirtió en un momento que lo sancionaría al tratarse de un mensaje «político».
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