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Dembélé ayer en el partido contra el Cádiz ep
Un Barça cómico comienza a decir adiós a la Liga y pierde a Dembélé
FC Barcelona

Un Barça cómico comienza a decir adiós a la Liga y pierde a Dembélé

Hasta Koeman habla con dramatismo de un campeonato marcado por errores individuales de chiste que ayudan a desviar la atención sobre un Messi irreconocible

p. ríos

Barcelona

Domingo, 6 de diciembre 2020, 16:26

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El Barça sólo ha jugado 10 partidos de Liga. Le quedan 28. Nada más y nada menos que 84 puntos en juego. Pero nadie recurre al tópico de que queda mucho y todo puede pasar. Los mensajes tras la encadenación de estropicios a domicilio son más realistas. Aunque no son públicos, en privado son contundentes. Hay que comenzar a despedirse de la Liga, centrarse en lograr una plaza entre los cuatros primeros que de acesso a la Liga de Campeones 2021-22, más por sus beneficios económicos que por otra cosa, e intentar pelear por otros títulos. ¿Una exageración? Cuando un grande sólo suma 14 de 30 puntos posibles y ya está a 12 de un líder tan fiable como el Atlético, mejor pensar en otra cosa. Y si los goles encajados en cada derrota provocan carcajadas, pues a silbar y a mirar hacia otro lado en lugar de protestar las decisiones arbitrales como la posible falta a Mingueza en la jugada del 1-0 del Cádiz o un penalti a Lenglet como mínimo tan claro como el que le pitaron a él contra el Real Madrid.

«Es un paso de gigante hacia atrás», reconoció un Ronald Koeman muy enfadado con sus jugadores, que definió el error del 2-1 definitivo de Cádiz como «un gol indigno de lo que tiene ser nuestro club, si no mejoramos en actitud y concentración no se puede hacer nada más». Se refería el holandés a un fuera de banda temerario sacado por Jordi Alba hacia la pierna mala de un Lenglet que ya estaba reculando ante la presión de Negredo y que no llegó a tocar un balón al que llegó Ter Stegen, pero sin contundencia ni determinación. El experimentado delantero del Cádiz aprovechó la triple indecisión.

Eso pasó en el 2-1 definitivo, pero el 1-0 también fue esperpéntico: córner cedido por un despeje hacia atrás de Dest y cabezazo decisivo en propia puerta de Mingueza. Se unen las dos acciones a la falta de comunicación entre Piqué y Neto en el 1-1 ante el Alavés o a la salida sin sentido de Ter Stegen fuera del área en la derrota contra el Atlético (1-0), por no citar los penaltis infantiles de De Jong en Getafe (1-0) o de Lenglet a Ramos en el clásico ante el Real Madrid (1-3).

Puede que la suma de regalos defensivos sirva de escudo a un Leo Messi otra vez irreconocible y con síntomas de haber desconectado no ya del Barça, sino del fútbol. Seguirá marcando goles puntuales, pero ya no se puede ocultar el Barça juega mejor sin él por lo que ralentiza el juego y por lo que intimida a sus propios compañeros. Duele, pero es lo que hay.

Para colmo, Dembélé, que volvía a sentirse futbolista tras superar su última lesión muscular, sufrió una elongación en los isquotibiales de la pierna derecha y estará entre dos y tres semanas de baja. No es grave contemplando su historial de serios percances musculares, pero es un contratiempo en un momento en el que estaba comenzando a ser importante. Ya no jugará el martes ante la Juventus, con la primera plaza del grupo de la Liga de Campeones en juego.

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