Simón y Oyarzabal unen sus sueños en una noche mágica

El primero, portero, responde al nombre de Unai Simón. Se configuró el alavés en una figura esencial para transportar a España a las semifinales. Se convirtió en la diana de las críticas por su fallo contra Croacia, un error grosero que él mismo admite, pero luego renació y resultó clave para que este viernes La Roja disputara los cuartos. Y se disfrazó de esencial en la tanda de penaltis. Porque Busquets no acertó en el primero. Y Gavranovic sí lo consiguió con el inicial de los helvéticos. Nervios, tensión... El sueño se esfumaba, se escurría como arena entre los dedos. Pero marcó La Roja, Dani Olmo. Y surgió su imponente figura. Cerró el camino del gol a Schär, abajo, duro. Erró Rodri. Sudores. Pero repitió Simón con Akanji. Gerard hizo su trabajo, Vargas llevó el balón al cielo...

Y era su turno. Del segundo. De Mikel Oyarzabal, el futbolista de 24 años que parece todo un veterano. Un jugador que ha ganado este año la Copa del Rey, que lidera a la Real Sociedad. Un especialista en las penas máximas. No le pudo la presión. Ni mucho menos. Ya demostró su sangre fría, témpano, cuando se plantó delante de Unai Simón en La Cartuja el 3 de abril de este año. Marcó. Como ayer. En Rusia. Y España está en semifinales. Una noche histórica. Inolvidable para un portero de Murgia, un pueblo de algo más de 1.000 habitantes a 17 kilómetros de Vitoria. Mágica para un extremo de Eibar.

Están a dos partidos de ganar la Eurocopa. Pero ellos ya saben qué es ofrecer un título a España. Lo lograron en 2019 con la Sub'21 de Luis de la Fuente. Estaban ellos, Dani Olmo, Fabián Ruiz... Y tanto el alavés como el guipuzcoano repetirán en los Juegos de Tokio. Otra nueva oportunidad para disfrutar, para abrazarse, como hicieron este viernes después de una noche histórica.