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El «trabajo» de Ayestarán no funciona

El «trabajo» de Ayestarán no funciona

La receta mágica de Pako Ayestarán no se vio reflejada ayer ni en el juego, ni en el resultado. El cambio de Calleri, perdiendo, pide a gritos su destitución.

Jueves, 16 de julio 2020, 04:39

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La UD Las Palmas saltaba al verde tras dos semanas de «trabajo, trabajo y más trabajo», mientras buscaba acorralar a su rival a base de tocar el balón. O, al menos, eso intentaba. Mover al Levante de un lado a otro era la misión principal, pero todo quedó siempre en un intento. Nueva derrota, misma imagen y colistas en la tabla clasificatoria. Ayestarán se antojaba como salvador y se ha convertido en el propio verdugo de los amarillos.

Pasaban los minutos y la escuadra grancanaria seguía sin mostrar mejoría en su triste avería. Todo lo contrario. Volvían los fantasmas al recinto de Siete Palmas, aquellos que han llevado a la UD al ostracismo. El escaso juego isleño se basaba en las pinceladas de Jonathan Viera que, en forma de asistencias, dejaba solos a Calleri y a Vitolo. El primero estaba adelantado por milímetros y el segundo se equivocaba en la finalización. Pequeñas e insuficientes gotas de fútbol.

Con el transcurrir del encuentro, los isleños acorralaban a los levantinos. Tana, Viera, Vitolo y compañía tocaban y tocaban. Mientras, en la grada se masticaba un gol que no llegaba. La ansiedad se apoderaba de los amarillos y fue entonces cuando comenzaron los errores. Que si un mal saque de banda de Dani o una pérdida de David Simón al trastabillarse él solo.

Y, entre torpeza y torpeza de una UD indolente, llegaba el gol del Levante. Un tanto que propiciaba el estruendoso pitido de las 26.212 almas que alentaban. Y, por si fuera poco, Ayestarán se empeñaba en cavar su propia tumba. Perdiendo y se daba el lujo de sentar a Calleri en la banqueta. Con Viera de falso nueve, Jason sentenció el choque y reventó el Gran Canaria, una olla a presión que dictó el veredicto final al entrenador vasco.

Ni el parón de selecciones, ni el trabajo que ofrecía el técnico vasco como receta mágica a revertir esta caótica situación echó una mano Las Palmas. O tal vez sí, pero al cuello. Sexta derrota consecutiva en Liga desde la era Ayestarán, que vistos los precedentes, tal vez no mereciera su enésima oportunidad. La UD toca fondo y, o hay un cambio radical, o la temporada que viene tendrá que volver a visitar Los Pajaritos, Santo Domingo o el Heliodoro. El equipo, sin identidad y sin alma, necesita a un entrenador que sea capaz de resucitar a estos jugadores, tanto futbólistica como mentalmente.

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