La estadística sonríe a la UD Las Palmas en un curso en el que se tumbó dos veces al Tenerife

La historia del derbi canario entre la UD Las Palmas y CD Tenerife tiene muchas páginas ya, pero ninguna como las que se van a escribir en estos dos encuentros que se avecinan, pues será el primer playoff de ascenso a Primera División en el que se enfrenten amarillos y blanquiazules. Será, sin duda alguna, un auténtico choque de titanes. Una fiesta para toda Canarias y un espectáculo para el fútbol español.

En una temporada en la que en Las Palmas reinaron los altibajos y donde los grancanarios terminaron el curso volando con 29 de los últimos 33 puntos posibles, el premio para los amarillos fue entrar en una zona de promoción que hace once jornadas, antes de la heroica escalada que acometieron los de García Pimienta, parecía una completa utopía.

Enfrente aguardará un CD Tenerife que se mantuvo siempre firme y regular, con el playoff en la mano durante gran parte de la campaña, pero que ha visto cómo le pasaba por la derecha la UD en la última cita del calendario. Ver para creer pensará en Santa Cruz, luego de las mofas continuas en redes sociales cuando Las Palmas se hundía en la tabla clasificatoria.

Este miércoles será el primer envite. Una batalla cuerpo a cuerpo donde el triunfo estará altamente cotizado. En favor de los amarillos, que tumbaron al Tenerife en los dos partidos de competición doméstica, tanto en casa (2-1) como en el Heliodoro Rodríguez López (0-1) con un solitario tanto del tinerfeño Kirian Rodríguez.

La estadística global, y sobre todo la reciente, sonríe a una Unión Deportiva que tenía ganas de verse las caras con el eterno rival en la lucha por volver a Primera División. Será el primer duelo a vida o muerte por una plaza en la máxima categoría del fútbol español. Cuarta promoción para Las Palmas, segunda para el Tenerife, que en 2017 perdió la final ante el Getafe.

Nadie se lo querrá perder. Ni en el Heliodoro Rodríguez López (miércoles a las 20.00 horas) ni en el Gran Canaria (sábado, 20.00 horas). De hecho, las colas para acudir a Siete Palmas eran una auténtica locura.

La reciente visita del Real Oviedo, con un ambiente espectacular que superó los 30.000 aficionados en las gradas, se quedará en mera anécdota con lo que se avecina en una semana especial e histórica para Canarias. Ya suenan tambores de guerra entre amarillos y blanquiazules. Y solo puede quedar uno.

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