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Óliver Suárez Armas y / Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 28 de junio 2020, 23:15
Un éxito que traspasa fronteras. El Alba Berlín conquistó la Bundesliga alemana 12 años después y lo hizo de manera brillante tras imponerse en los diez encuentros que disputó en la fase final a puerta cerrada en el pabellón Audi Dome de Múnich, los dos últimos al MHP Riesen Ludwigsburg en una final a doble partido que prácticamente sentenció el viernes (88-65) y ayer confirmó por 75-74. Un triunfo que se añade al obtenido ante el Oldenburg en la Copa de Alemania el pasado mes de febrero para firmar un doblete histórico en el 30 aniversario de una entidad decidida a recuperar su sitio entre los grandes.
Para conseguir reverdecer viejos laureles que inició el preparador serbio del FC Barcelona Svetislav Pesic a mediados de los años 90 -este curso también disputó la Euroliga- y, además, para reconducir el trabajo en las categorías de formación en la búsqueda de nuevas promesas, el Alba Berlín confió en el director deportivo grancanario Himar Ojeda hace cuatro años, si bien no pudo poner en marcha un proyecto con su sello hasta una temporada después con la llegada del experimentado Aíto García Reneses, quien llevó al Herbalife Gran Canaria a una final de la Copa del Rey y de la Eurocopa.
Tres campañas de constante crecimiento y de coqueteo con un reinado en posesión del Bayern Múnich, disputando hasta cinco finales por la Bundesliga y por la Copa, pero siempre quedándose a las puertas. Varapalos que no restaban méritos para los premios individuales para entrenadores y jugadores de un plantel berlinés que ya surtía al primer equipo de canteranos. Hasta que la suerte cambió este ejercicio y el trabajo se vio refrendado en forma de títulos.
Un proyecto con sabor amarillo por contar también con profesionales con pasado Granca como los técnicos Israel González y Carlos Frade y los jugadores Luke Sikma -estuvo vinculado en el UB La Palma- y el francotirador sueco Marcus Eriksson, al margen de estar también los isleños Raúl Rodríguez y Cristo Cabrera en la base. Un motivo de orgullo para el baloncesto canario y de felicidad para unos aficionados que recuerdan con cariño su trayectoria en la isla.
El método de Himar Ojeda.
El satauteño Himar Ojeda, con amplia experiencia en el Granca, Estudiantes y la franquicia NBA Atlanta Hawks, ha devuelto la ilusión a Berlín y a un grada que no ha dejado de vibrar con su propuesta antes y después de la pandemia del coronavirus.
Con el trofeo en la mano y la sonrisa por bandera, Ojeda atendió a este periódico para afirmar que «aunque es un poco diferente vivirlo sin aficionados, al final la sensación de felicidad es inmensa, sobre todo, porque todo el mundo que felicita valora que es un trabajo de construcción de un proyecto desde hace años, que, si bien ha dado frutos desde el principio poniendo jóvenes y jugando finales, digamos que los títulos siempre son más llamativos».
«La gente se alegra de tener ese reconocimiento porque es lo que a veces queda. Estoy muy contento por como ha salido todo y el fruto de ganar esto en un formato un poco diferente es el trabajo de varios años», añade.
El director deportivo isleño ahondó en la importancia de este éxito para Berlín. «El CEO -Marco Baldi- me decía que es el mejor año de la historia del club, es el 30 aniversario, por lo que es un año bueno para tener una temporada así y yo le decía que el club ya había ganado la Copa y la Liga, aunque es verdad que hacía mucho tiempo en la campaña 2002-2003. Él me decía que no es solo eso, sino cómo hemos jugado para ganar el título, haciendo este tipo de baloncesto y con que gente se ha conseguido todo esto. La valoración por parte del club es que está encantadísimo», dice.
Sobre su continuidad, Ojeda destaca que «tengo contrato, renové hace poco y estoy muy contento. Es un proyecto que encaja perfecto con la filosofía que me gusta desarrollar y aquí lo han entendido desde el principio, la han apoyado y me dejan trabajar en ese sentido, así que muy ilusionado y con nuevos retos. No se acaba un ciclo ni mucho menos, aunque la gente ve que esto podía ser eso, el culmen a un ciclo, pero no es así».
«Le dije a los jugadores, que estaban poniendo música en la guagua cuando íbamos de camino al tres para volver a Berlín, que yo solo quería poner una: puse la frase de Michael Jordan en su documental y es que estamos legitimados para defender lo que hemos conseguido hasta que no lo consigamos. Quería transmitirles que queremos seguir creciendo y desarrollando el proyecto. Ahora son tiempos difíciles, pero hay que aguantar, mantenerse fuertes y hacer los sacrificios que sean necesarios para salir adelante mejorando cada año», argumenta.
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