El combinado claretiano, sexto clasificado en la fase regular de la competición doméstica con un balance de 12 triunfos y siete derrotas -con un average general de +99, a un triunfo del quinto y con tres más que el noveno-, acumula cuatro victorias consecutivas frente al Carplus Fuenlabrada (110-65), Joventut (75-91), Monbus Obradoiro (75-68) y Unicaja (88-70), convirtiendo 91 puntos de media por duelo y recibiendo únicamente 69 puntos.
Unos números que valieron a la escuadra de Jaka Lakovic para superar un bache y certificar el billete para la Copa del Rey cinco años después y, al mismo tiempo, descorchar la segunda vuelta a gran velocidad para pisar el acelerador para estar presente en el Playoff por el entorchado de la Liga Endesa una campaña más.
El retorno amarillo a la Copa del Rey se cimentó merced a un arranque del campeonato liguero mayúsculo (7-2) y una reacción final para aprovechar el colchón, lo que propició que el balance se asemeje a temporadas de antaño repletas de alegrías.
En ese sentido, el Club Baloncesto Gran Canaria no disfrutaba de una tarjeta de 12 victorias y siete derrotas tras la decimonovena jornada desde la campaña 2015-2016 con Aíto García Reneses -12 victorias, siete derrotas y un average general de +113-. Un grupo con Pangos, Oliver, Newley, Salin, Rabaseda, Seeley, Aguilar, Báez o Savané, entre otros, que tocó el cielo con la clasificación para la final de la Copa del Rey por primera vez en la historia y poniendo al Real Madrid contra las cuerdas (81-85). Fue en A Coruña en 2016.
El Granca exhibe solidez, equilibrio y ambición para soñar con cotas mayores, pero lo más importante es que está recuperando sus señas de identidad y la afición se identifica cada día más.
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