Tavares: «Nunca pensé que jugaría contra el Granca»
El canterano amarillo del Real Madrid, Walter Edy Tavares, vive con entusiasmo los días previos a medirse por primera vez al club que le dio la oportunidad de iniciarse en el baloncesto y de alcanzar el sueño de jugar en la NBA. «Esta semana no he parado de pensar que nada es imposible en la vida porque nunca creí que jugaría contra el Granca», dice.
Óliver Suárez Armas y / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 30 de noviembre 2017, 12:35
La historia de Walter Tavares cautivó al mundo del baloncesto. El jugador de la isla de Maio, en Cabo Verde, de 25 años y 2,21 metros, empezó a jugar con 17 años tras ser captado por los miembros del cuerpo técnico y de las categorías de formación del Club Baloncesto Gran Canaria en aquel momento Raúl Rodríguez, Carlos Frade y Alejo Melero, quienes se desplazaron a la capital Praia para realizarle una prueba después de ser alertados por un ciudadano alemán, vecino de su abuela y con negocios en la isla.
La altura (2,14 metros) y la envergadura (234 centímetros) de Edy, como lo llaman su familia y sus amigos, despertaron el interés de los profesionales de la entidad claretiana, pero su ausencia de conocimientos al no haber jugado nunca al baloncesto generó dudas. Sin embargo, Frade, actual responsable de tecnificación del Alba Berlín alemán, observó que, lejos de presentar un inconveniente, el joven africano era una esponja para mejorar y crecer en su formación. Lo que, a priori, se vio como un hándicap se convirtió en la principal baza para creer en un proyecto ambicioso a nivel deportivo y humano.
La prueba se llevó a cabo en julio de 2009 y, a principios de septiembre, Tavares ya estaba en Gran Canaria. Un mes de margen para valorar su adaptación y progresión. Finalizado ese periodo volvió a Cabo Verde. Edy pensó que todo había salido mal y que había finalizado su corto e intenso contacto con este deporte, pero la apuesta se alargó y, a principios de diciembre, retornó a la isla para firmar uno de los ejemplos más emotivos de humildad, superación y constancia, para soñar con aprovechar el potencial físico que la vida le otorgó, pero, sobre todo, para dar una vida mejor a su familia.
A partir de ahí, vibró y sufrió cada día, incluso amagó con dejarlo, hasta que, tras pasar por el equipo junior autonómico, debutar en la Liga EBA, ganar presencia a las órdenes de Carlos Frade en el UB La Palma, de LEB Oro en la campaña 2011-12, y alternar el filial claretiano de LEB Plata con el primer equipo en la siguiente, debutó ante el Unicaja el 6 de enero de 2013.
Tras tres temporadas en el primer equipo del Herbalife Gran Canaria, donde promedió 10,5 puntos, 5,5 rebotes y 1,8 tapones, 13,4 de valoración en la competición doméstica, y 8,9 puntos, 7,8 rebotes, 1,9 tapones y 16,6 de valoración en la Eurocopa en su última campaña, siendo seleccionado en el mejor quinteto de una competición en la que acarició el título, Tavares decidió continuar su carrera en la NBA con la franquicia Atlanta Hawks, que lo escogió en el puesto número 43 de la segunda ronda del Draft de 2014 y abonó los cerca de 300.000 euros de la libertad del jugador, a pesar de contar con una suculenta oferta de 1,5 millones de euros por temporada del Fenerbahce turco de Zeljko Obradovic, actual campeón de la Euroliga.
La franquicia de Georgia daba la bienvenida al canterano amarillo. El sueño de participar en la mejor liga del mundo se hizo realidad, pero, tras no disponer de muchas oportunidades, Atlanta Hawks, con la que solo jugó 11 encuentros después de debutar en el Madison Square Garden de Nueva York, comunicó en noviembre de 2015 que lo cedía a los Austin Spurs, de la Liga de Desarrollo de la NBA (NBDL), donde promedió 9,2 puntos, 8,3 rebotes, 3,3 tampones y 15,5 de valoración.
El plan de moldear a su antojo al futuro protector del Philips Arena parecía ir por buen camino y, tras brillar en la Liga de Verano de Las Vegas y en la pretemporada, Tavares se ganó un puesto en el plantel de una de las mejores franquicias de la Conferencia Este, si bien fue cortado por sorpresa al contar con más minutos en la rotación de Mike Budenholzer. El varapalo fue tremendo, pero enseguida le llovieron ofertas de los mejores combinados de la Euroliga, entre ellos el Real Madrid, enamorado del jugador desde que deslumbró en la Copa del Rey de 2014 ante los de Pablo Laso, con 16 puntos, 12 rebotes, cinco tapones y 31 de valoración, y el FC Barcelona Lassa para regresar a Europa.
Pero no escuchó ofertas y prefirió seguir en la NBDL con los Raptors 905 canadiense, donde firmó 10,6 puntos, 7,7 rebotes y 2,7 tapones de media en los 48 partidos que disputó, siendo seleccionado para el All Star de la Liga de Desarrollo y ocupar un puesto en el mejor quinteto defensivo.
El caboverdiano volvía a sonreír y los Cleveland Cavaliers de LeBron James, vigentes campeones de la NBA en ese momento, apostaron por él para el Playoff del pasado curso y cubrir posibles inconvenientes en la lucha por conservar el anillo. Solo jugó el último duelo de la fase regular y también fue cortado a principios del presente mes de noviembre. Una vez más los grandes de España tocaron a su puerta, pero volvieron a recibir una respuesta negativa por estar empeñado en cumplir su sueño americano. «Me quedo con las buenas experiencias que he tenido en Estados Unidos. He podido jugar con los mejores del mundo y saber cómo trabajan. Creo que he aprendido mucho y siento que he crecido como persona al estar fuera de casa y para mí ha sido un paso muy importante para mi carrera», asegura Tavares.
Regreso a la ACB.
El Real Madrid lo llamó para suplir al pívot serbio Ognjen Kuzmic, quien sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que lo apartaría de las pistas para toda la temporada, pero no lo convenció. Volvió a la carga tras la lesión del mexicano Gustavo Ayón en el borde inferior del labrum del hombro izquierdo. Aumentó la oferta de tal manera que cerró su fichaje hasta la campaña 2019-2020.
«La adaptación ha sido muy buena, aquí hay un grupo que me ha acogido de maravilla desde el primer momento. Es una ciudad muy bonita, hay muchas cosas que hacer y estoy muy feliz», valora el pívot africano.
Precisamente, debutó ante el FC Barcelona, que siempre estuvo atento a sus decisiones, y, merced al exigente calendario de la Euroliga, cogió ritmo ya ante el Unicaja, el Panathinaikos y mañana competirá ante el Estrella Roja. Asimismo, tras capturar 15 rebotes y colocar cuatro tapones en la última fecha liguera ante el Real Betis Energía Plus, unos números que ponen de manifiesto que puede ser un factor diferencial en Europa, Tavares se enfrentará al Herbalife Gran Canaria por primera vez este domingo, (17.30 horas, WiZink Center). «Esta semana no he parado de pensar que nada es imposible en la vida porque nunca pensé que jugaría contra el Granca, el equipo que me ha dado la oportunidad de jugar al baloncesto y de poner comida en la mesa a mi familia. Es algo que nunca podré olvidar y será muy especial jugar ante ellos. Siempre estará en mi corazón y será uno de los equipos que más me gustarán para siempre en mi carrera. Estoy muy agradecido a la familia del Gran Canaria», argumenta.
Tavares admite que no se pierde los compromisos de su exconjunto. «Siempre lo sigo y su filosofía es la misma: jugar con mucha intensidad, correr mucho y la importancia de la defensa», apunta.
«No sé qué es lo que ha podido inculcar Casimiro, pero ya digo que ésas siempre han sido las señas de identidad del Granca: correr y jugar con paciencia en ataque», agrega.