El Barça se toma otra Copa en Madrid

El Barça destronó con una autoridad incontestable al campeón, que solo pudo recurrir al orgullo en el segundo tiempo después de haber recibido una paliza de escándalo en los primeros 20 minutos. Para el equipo catalán es la sexta Copa que se adjudica en las últimas doce ediciones, mientras que el de Pablo Laso, que aspiraba a un séptimo trofeo del torneo del KO en la década, volvió a rendirse ante un adversario en esta ocasión muy superior. Un poderoso Barcelona que dominó al Real Madrid en todas las facetas y dejó sentenciada la desequilibrada lucha por el título con una exhibición en el período inicial (31-52), en el que sacó de la pista a su odiado enemigo, desarbolado en defensa y desacertado como nunca en el tiro, incapaz de frenar el vendaval azulgrana, para abrir así de par en par la puerta al primer título de Sarunas Jasikevicius y también de Nikola Mirotic con el Barça.

Los dos colosos del baloncesto español se han repartido los doce últimos títulos en esta competición, pero con tres de ellos en cuatro años, el Barça ya ha igualado al Madrid en esta época hegemónica que comenzó en 2010 y no parece tener fin, pese a que nunca pueda descartarse alguna sorpresa. Estuvo a punto de darla el Unicaja frente al flamante campeón en la primera eliminatoria, pero una vez que el Barça triunfó en la prórroga y derribó después al Baskonia gracias a su defensa, a Mirotic y a Cory Higgins (MVP de esta Copa), ya estaba lanzado para enfrentarse y vapulear al Real Madrid.

Por si no tenía bastante el defensor del título con las ausencias con las que llegó a la cita, se encontró antes de la final con la baja de Rudy Fernández por sus molestias en la espalda. Un mazazo más para un equipo ya demasiado agotado que no pudo competir en una primera parte en la que fue arrasado sin piedad por un Barça voraz de enorme potencial físico, insuperable en defensa y demoledor en ataque, muy cómodo en esa primera mitad para destrozar al eterno rival. El Barça tuvo antes del descanso el doble de acierto en tiros de dos (66% frente al 33%) y casi el triple en lanzamientos de larga distancia (45% ante el 16% de los blancos). Solo dos triples de doce intentos logró entonces el Real Madrid y, durante su pésimo primer tiempo también tuvo hasta siete pérdidas y sumó únicamente cuatro asistencias. Fue una actuación fantasmal de los madridistas ante un adversario sin freno.

El Barça, con mucha producción anotadora de sus hombres altos (diez puntos de Mirotic, otros diez de Davies y nueve del 'tapado' Smits al descanso), y con el imparable Higgins calentando su muñeca, dominó también en lucha por el rebote y dio un recital ante un Madrid desconcertado y negado en el lanzamiento. Solo se salvaron Tavares y Alocén del despropósito ofensivo generalizado de los blancos. El conjunto culé también dio un repaso a los blancos en el primer cuarto en la lucha por el rebote (3-9), aunque al final esa estadística acabase en 33-40 por el carácter madridista en una segunda parte en la que los azulgranas también estuvieron mucho más espesos frente a la canasta. Sin embargo, enfriaron el duelo cuando fue preciso y supieron gestionar con inteligencia y temple, de las manos de Calathes y Higgins, la tremenda ventaja adquirida.

Llegó a ser de 24, con 31-55. Solamente la pudo reducir el Madrid, como muy cerca hasta -11, en dos ocasiones, gracias a Abalde, pero ahí apareció siempre Higgins para cortar la pequeña hemorragia y también Abrines, que ha firmado una Copa inmaculada desde el exterior, con un pleno de ocho triples sin fallo. Para el Madrid esa es una de sus grandes armas, pero se estrelló con siete de 28 en la final.