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El catedrático y miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional, Octavio Salazar. C7
«El narcisismo que domina las redes sociales contribuye a la cultura de los cuerpos domesticados»

«El narcisismo que domina las redes sociales contribuye a la cultura de los cuerpos domesticados»

El catedrático Octavio Salazar inaugura el día 2 de marzo en CCA Gran Canaria la iniciativa 'Vacuna contra el machismo'

FRANCESC ZANETTI

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 27 de febrero 2022, 00:00

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Octavio Salazar es catedrático de Derecho Constitucional, miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional y de la Red de Hombres por la Igualdad, especialista en igualdad de género y en la revisión de la masculinidad patriarcal. Autor de numerosas publicaciones, entre otras, '#WeToo: Brújula para jóvenes feministas' (2019) o 'El hombre que no deberíamos ser' (2018), inaugura el día 2 de marzo, a las 19.00 horas, en CCA Gran Canaria Centro de la Cultura Audiovisual, la iniciativa 'Vacuna contra el machismo' con una conferencia articulada alrededor del título de su último libro editado, 'La vida en común: Los hombres (que deberíamos ser) después del coronavirus'.

Salazar, que se define como un hombre en proceso de ser feminista, devorador de libros y películas, un jurista heterodoxo y un ciudadano rebelde, señala que «lo fundamental y previo para cualquier transformación en términos igualitarios es tomar conciencia de hasta qué punto la masculinidad es un lastre para nosotros mismos y un obstáculo para la autonomía de las mujeres. Lo esencial es que los hombres empecemos a sentirnos interpelados, que no atacados, por las vindicaciones feministas, y que seamos capaces de mirarnos en el espejo y asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde en conseguir unas sociedades democráticas de verdad».

Al catedrático cordobés (1969), que ha sido nombrado hasta finales de 2024 miembro del Instituto de Igualdad de la Eurocámara dependiente del Parlamento Europeo, le preocupa e inquieta mucho el proceso de involución al que asistimos en España con el auge de la extrema derecha que niega que la violencia tenga género y su discurso exhibicionista contra el feminismo y contra leyes que han supuesto evidentes avances en igualdad. «Me preocupa mucho porque pone en riesgo las conquistas igualitarias y todos los avances que en materia de igualdad y derechos humanos se han ido alcanzando muy especialmente en las últimas décadas. Además, es preocupante que sea un discurso que con tanta facilidad contagie a los más jóvenes y se apropie de la situación de inseguridad, miedo y precariedad que estamos viviendo», señala Salazar, que precisa que «estamos en un momento en el que, más allá de los instrumentos normativos, tenemos que plantearnos la urgencia de cambios estructurales, de compromisos transversales y de acciones que demuestren que la igualdad no puede ser una cuestión partidista, sino que es el núcleo central de la democracia».

«En España se han logrado avances muy significativos, por ejemplo, en el ámbito de la legislación, de la conciencia social y en cómo determinadas cuestiones se han situado como prioritarias en la agenda pública. Unas conquistas que, como antes apuntaba, ahora se ponen en riesgo por el avance de fuerzas como VOX y de todas aquellas que le siguen el juego».

Otra de las inquietudes del catedrático es el acceso descontrolado de los niños a través de las redes a los contenidos pornográficos. El 53% de los niños tiene el primer contacto con algún contenido explícito entre los seis y los 12 años según una encuesta realizada por Save the Children hace dos años.

Al respecto Octavio Salazar considera que «la pornografía lleva tiempo convertida en una 'mala escuela' en materia de sexualidad, además de ser la antesala de la prostitución, en cuanto prorroga y legitima el binomio hombre poderoso/mujer sometida. Un binomio que, a su vez, normaliza la violencia y la explotación de las mujeres. Todo ello mientras que seguimos sin tener, en las familias y en las escuelas, una educación sexual que nos forme para disfrutar de los placeres compartidos, con empatía y reciprocidad. Es una de las cuestiones más urgentes a abordar poniendo el foco en cómo los hombres seguimos concibiendo la sexualidad. Y esto es un problema político, no personal».

Octavio Salzar. c7

La pandemia de la covid-19 ha evidenciado muchos aspectos por mejorar en la igualdad

Para el especialista en igualdad de género las crisis de muchos tipos generadas por la pandemia han evidenciado los muchos asuntos que aún tenemos sin resolver. Salazar enumera los más prioritarios: «Tenemos sin resolver como articulamos de manera equilibrada y justa, para mujeres y hombres, y sobre todo sin ello supongo un coste para las mujeres, la vida pública y la privada. Tenemos que dar el salto cualitativo de la conciliación a la corresponsabilidad. Y esto no puede ser solo cuestión de cambio personal, que también lo es, sino que requiere políticas públicas y un Estado al servicio de la vida y de las personas. Tenemos que transformar el Estado social en un Estado cuidador. Y deberíamos invertir el orden de prioridades en virtud del cual hemos organizado nuestro mundo, siempre en función, claro, de lo que para los hombres era lo más importante. Todo esto pasa, me temo, por una profunda revisión del modelo productivo que tenemos, porque patriarcado y capitalismo, no lo olvidemos, son primos hermanos. Y, claro, más allá de eso, que requiere de cambios estructurales, tenemos un drama urgente al que atender que son las violencias machistas, y esto pasa por hacer políticas de igualdad que ponga el foco en los hombres y la masculinidad. Empezando, lógicamente, por la necesaria educación en el cuidado y la no violencia».

Estima que buena parte de la publicidad como instrumento del modelo neoliberal consumista sigue mostrando a la mujer como objeto de deseo con sugerentes e insinuantes referentes visuales que siguen insistiendo en los constructos de modelos androcéntricos. «Proseguimos construyendo nuestros imaginarios colectivos de acuerdo con patrones muy patriarcales y hasta misóginos. Con el añadido de que ahora también los hombres empezamos a ser cosificados y sexualizados, si bien de manera mucho menos incisiva y dañina que lo siguen siendo las mujeres», dice.

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