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«Somos esperanza y fiesta»

El ska vive un viaje de ida y vuelta, que tiene en los venezolanos Desorden Público uno de sus principales exponentes. Ese sonido que partió de Jamaica para hacerse global en Londres, y que tiene en Latinoamérica su principal trinchera actualmente. Esa que la banda caraqueña quiere cavar en The Paper Club este sábado.

Viernes, 27 de octubre 2017, 08:36

Desorden Público aterriza en la isla por primera vez en su prolífica historia. 32 años después de que el sonido de bandas británicas como The Specials, Madness e, incluso, Police, fecundaran su imaginario musical, hoy fijado sobre el relato de un cancionero en el que se registra también la fusión con sonidos propios de su tierra.

La banda fundada en Caracas por Horacio Blanco y el bajista José Luis Caplís Chapín se ha labrado, a su vez, una reputación contestataria, pero prometen mucho más que protesta sobre el escenario del Paper. «Desorden no es una banda que se centre exclusivamente en la denuncia. Somos de algún modo esperanza, y fiesta. Y esa forma de darle alegría a la rabia es una de las llaves que nos ha funcionado dentro de nuestro proyecto. Por supuesto que quedarán injusticias que denunciar en el mundo, pero también hay razones para sentir alegrías. También nostalgias, amores y desamores. Lo que nos venga a la inspiración estará en el discurso», expone el vocalista Horacio Blanco desde una nota de audio de Whatsapp.

Desorden Público es la suma de muchas influencias, algunas de ellas muy obvias, otras, tal vez, sorprendentes. «Nosotros comenzamos con influencias anglosajonas, pero incluiría dentro de mis primeras influencias a Kortatu. Porque ellos nos enseñaron siendo nosotros adolescentes que era posible hacer la música que nos gustaba en nuestro idioma. Ellos fueron parte de esas influencias. También es cierto que con el paso de los años fuimos incorporando sin ningún complejo, más bien con orgullo, muchos instrumentos, sonoridades, cadencias armónicas. Sentires de la música popular latinoamericana, y también, puntualmente, venezolana. Y por supuesto que eso ha nutrido el sentido de Desorden, y del ska en nuestro país. Para no hablar solo de nosotros. Pero no diría necesariamente que eso hace más rica nuestra música en relación con la de España, sería muy arrogante decir eso», comenta Blanco.

En cualquier caso, y aunque antes Blanco rehuía el parche de batalla como único aval en el escenario, sí que defiende un discurso reivindicativo. «No sé si es necesario o más útil que antes. O quizás en un futuro próximo. Eso lo sabrá mejor la gente que escucha nuestra música y se identifica con nuestras letras, nuestro mensaje. Lo que sí es un hecho es que nuestra visión del mundo, expresada a través de nuestra poesía, ha sido una necesidad de expresión inspirada en lo que la gente siente, vive y comenta. Nos nutrimos muchísimo de la idiosincracia, de las visiones de país que comparte mucha gente de la calle, de a pie. De ahí que siempre ha sido una necesidad para nosotros decirlo. Y sabemos que mucha gente ha conectado con el mensaje. No sé si ha sido útil», indicó.

Esa coherencia en la pomada es una de las bases de la banda venezolana, veterana y aguerrida, que respeta tanto sus valores fundamentales como su necesidad de seguir innovando. «La no autocruxifición en la nostalgia. Siempre estar oxigenándose ayuda a que la banda se mantenga viva e interesada en el trabajo, tanto con nuevos retos en lo creativo como en las movidas herenciales. Todo eso ayuda a que el proyecto se mantenga vivo. También existe un clima muy favorable dentro, somos muy buenos amigos. Convivimos muchísimo, sobre todo en estas épocas en las que estamos obligados a pasar mucho tiempo fuera del país. Además de todo eso, la democracia interna es algo que también ayuda mucho. El hecho que se tomen decisiones por votación mayoritaria hace que todos seamos cómplices, tanto de las victorias como de los errores. Ahí está el secreto. Añadiría que nos gusta romper moldes, incluso los nuestros propios, y eso es algo vital para el arte», asevera.

Desorden Público aprovechará para presentar en Gran Canaria Bailando sobre las ruinas, su último trabajo. Pero también hará un repaso a toda su trayectoria.

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