La Orquesta Filarmónica de la BBC abre con brillantez el 39º Festival de Música de Canarias

Horas antes del concierto, en una rueda de prensa, Juanjo Mena calificó de «espectacular» el nivel de esta formación de la BBC, hasta tal punto de catalogarla como «una de las mejores orquesta inglesas».

«Es muy versátil, rápida, intensa y natural. Sus músicos tienen la exactitud propia de los músicos ingleses a la hora de tocar. Además, su ritmo de trabajo es frenético, es una orquesta capaz de tocar tres programas una misma semana», aseguró el director español, que reconoció que superó dos años de exigentes pruebas hasta que logró acceder a su titularidad, que ostentó durante nueve años.

Mena también puso en valor la implicación social de la Filarmónica de la BBC, cuyos músicos protagonizan distintos programas de integración en las zonas más deprimidas del país, así como un contacto directo con los principales recintos académicos musicales británicos.

Todos estos aspectos quedaron reflejados durante el concierto nocturno, donde al fin el público del festival que organiza el Gobierno de Canarias pudo disfrutar sin las restricciones a las que obligaba la lucha contra la pandemia de la covid-19.

Arrancó la velada con las 'Danzas de Don Quixote', del compositor español Robert Gerhard, que tuvo que exiliarse tras la Guerra Civil y que desarrolló buena parte de su carrera en Inglaterra, donde murió en 1970. La Filarmónica de la BBC ha grabado gran parte de su obra, lo que le permite tener un dominio casi natural de sus piezas, como puso de manifiesto anoche durante los 16 minutos de estas danzas intimistas y emotivas.

Nunca se había tocado en el marco de este festival el 'Concierto para violín, op 15', del británico Benjamin Britten. Tras escuchar la sobrecogedora versión tejida entre la orquesta de la BBC, Juanjo Mena y la violinista solista coreana Clara-Jumi Kang solo queda preguntarse por qué estaba inédita en esta programación tras 39 ediciones.

La violinista asiática dio un recital de virtuosismo contenido, acompañada a las mil maravillas en una pieza que es una montaña rusa de sentimientos, como los que Benjamin Britten experimentó tras la Segunda Guerra Mundial. Fue tal el entusiamo generado entre el público que Clara-Jumi Kang se vio 'obligada' a dar un bis en solitario.

El universo musical de Maurice Ravel dominó una segunda parte difícil de olvidar por parte de los presentes en el Alfredo Kraus. Abrió la formación londinense con la 'Pavana para una infanta difunta', un auténtico caramelito de apenas seis minutos que sonó a la perfección. Al igual que ocurrió a continuación con 'La Valse, M72', con la que esta formación británica mostró su potencial sinfónico.

El entusiasmo se disparó con el broche final del celebérrimo 'Bolero' de Ravel. Mena dirigió una versión excelsa, repleta de colores y detalles que puso de manifiesto por qué es uno de los directores más reputados a nivel internacional desde hace años.

Por la mañana avanzó que esta pieza se la dedicaban a los palmeros, por el sufrimiento padecido por la reciente erupción volcánica.