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Tras dos bises y con buena parte del público puesto en pie aplaudiendo se despidió la violinista granadina María Dueñas del Auditorio Alfredo Kraus en la noche de este viernes, en la puesta de largo de la 41ª edición del Festival de Música de Canarias.
La solista de 22 años cumplió con las expectativas junto a una Philharmonia Orchestra de Londres que volvió a demostrar por qué está considerada como una de las grandes formaciones europeas. En esta ocasión, bajo la batuta de la directora norteamericana Marin Alsop, de 68 años.
María Dueñas, considerada ya como una de las violinistas jóvenes con un mayor talento del panorama internacional, se presentó con un traje dorado. Quizás, como alegoría de la pieza que interpretó con una facilidad y una solvencia apabullantes, el 'Concierto para Violín', Erich Wolfgang Korngold.
Antes del concierto, Dueñas reconoció que no es una pieza que se programe con asiduidad, pero que la había elegido tanto por su belleza y complejidad como por los aires cinematográficos que destila. Cuenta con pasajes que recuerdan las bandas sonoras de las superproducciones hollywoodienses de mediados del pasado siglo XX y es que Korngold, tras exiliarse en Estados Unidos huyendo del nazismo, fue determinante para la música de cine.
Al terminar el primer movimiento, 'Moderato nobile', parte del público rompió con el protocolo y comenzó a aplaudir ante el derroche de virtuosismo y compenetración de María Dueñas y la Philharmonia. Los vítores se dispararon tras el tercer movimiento, lo que 'obligó' a la violinista a regalar dos propinas muy emotivas donde derrochó pasión y sensibilidad.
La noche había empezado con el 'Rasgueo para orquesta de cuerda' (Sturm for string orchestra), de la compositora y violinista Jessie Montgomery. Marin Alsop dirigió una versión muy eficaz de esta composición estrenada en 2006 y que permitió comprobar cómo la sección de cuerdas de esta orquesta británica es un lujo que suena como un todo.
Tras la pausa, los asistentes a esta velada inaugural en un Auditorio Alfredo Kraus casi lleno, viajaron en el tiempo a mediados del siglo XX para escuchar una 'Selección de Suites de Romeo y Julieta', del ruso Sergei Prokofiev.
Marin Alsop, sin partitura en esta ocasión, exprimió todo el potencial de la orquesta con una impactante interpretación, tanto en los pasajes más emotivos y románticos, como la enterna leyenda de los amantes malditos requiere, como en los más potentes y rápidos.
Especialmente brillante estuvieron los vientos, como la propia directora neoyorquina subrayó haciendo levantar de sus asientos a la mayoría de los músicos de esta sección.
Así culminó esta noche de película y es que hay que recordar que Marin Alsop inspiró la historia de la película 'Tár' (2022), de Todd Field, protagonizada por Cate Blanchet.
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Victoriano Suárez Álamo
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