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«Las mujeres no invitamos a la guerra»

«Las mujeres no invitamos a la guerra»

Elena, una alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha permitido a la actriz chilena Paulina García, ganadora del Oso de Plata de la Berlinale en 2013, descubrir algunos rincones de la capital grancanaria durante el rodaje de Black Beach –acabó ayer en la isla–, del cineasta Esteban Crespo.

Jueves, 16 de julio 2020, 11:29

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«Nunca había estado en Canarias. Solo pude conocer algo de la capital la isla. Y eso que me tocó un tiempo malo», explica entre risas desde Madrid, donde el próximo día 1 de julio, la actriz que dio vida a Gloria –la protagonista de la película del mismo título de su compatriota Sebastián Lelio y con la que triunfó hace seis años en el festival internacional de la capital germana– culmina el rodaje de este nuevo largometraje.

Sobre su personaje en Black Beach explica que se trata de una mujer «empoderada». «Es una político que ha llegado a ocupar el puesto de alto comisionada para los Derechos Humanos en la ONU. Ha tenido un hijo y lo ha criado ella sola. Sabe dónde moverse y cómo exponerse, igual que su hijo Carlos. Ella tendrá que tomar decisiones importantes que protejan a su hijo y a sus propios intereses como político», desvela.

Reconoce que para este personaje, como para cualquier otro, resulta «inevitable» llegar al rodaje con «una idea previa». Para Elena, su referente fue una compatriota. «Es obvio que la película hace un guiño hacia Michelle Bachelet, expresidenta de mi país por dos veces y actual alta comisionada para los Derechos Humanos en la ONU. Tuvo también sus hijos sola, tiene unas ideas políticas claras, y aprendió a moverse en un ambiente masculino con unas armas que, hasta ese momento, eran propias de los hombres. Mi personaje aprendió a defenderse con astucia en ese mundo, aunque eso tiene un precio y lo paga en afectos».

Subraya que ha «disfrutado muchísimo» durante el rodaje de este largometraje que ayer se despidió de Gran Canaria. Del cineasta Esteban Crespo destaca que es muy «cálido y muy buen director», siempre «muy abierto a escuchar propuestas y sugerencias de los actores y del equipo», puntualiza.

Comparte protagonismo con Raúl Arévalo, que en esta ficción da vida al ejecutivo de alto nivel Carlos, hijo de su personaje. «Con Raúl la empatía fue inmediata y eso es fundamental para trabajar», asegura.

Paulina García dice que hasta el momento ha tenido «mucha suerte» por poder «navegar por muchas aguas» a la hora de interpretar roles, tanto en teatro como en la televisión y el cine. Aunque reconoce que toparse con uno de la dimensión de Gloria, el punto de inflexión en su vida profesional, es complicado.

«No es fácil que se escriban este tipo de roles. Contar historias de mujeres grandes [alude a la edad del personaje] es más complejo para los guionistas actuales. Pero puedo decir que tengo en la carpeta personajes parecidos, de mujeres que se resisten a su destino. Serán interesantes de ver», señala.

Considera fundamental que proliferen más historias protagonizadas por mujeres «interesantes», como Gloria. «Para el mundo Iberoamericano son necesarias las historias que reivindiquen la posición femenina y que renueven un poco la mirada hacia lo que hacemos, hacia cómo sentimos y comprendemos el mundo. Haría bien el planeta en hacerlo, porque las mujeres no invitamos a hacer la guerra. Lo que sucede es que los que tienen los recursos son hombres y la mayor parte de las empresas están liderada por el mundo masculino», apunta.

Sobre lo que supuso la película de Sebastián Lelio en su vida, se muestra muy clara. «Los éxitos tienen buena digestión. Para mí, no fue desastroso, al contrario. Fue un proceso luminoso que me ha traído hasta España», aunque en breve volverá a Chile, donde tiene nuevos proyectos, escénicos y teatrales.

«Sigo en las tablas regularmente. Antes de venir para acá, terminé una temporada de un monólogo sobre un texto alemán. Ahora regreso para un proyecto complejo, el Teatro Musical Compuesto, en el que me meteré de lleno, bajo la dirección de Angelo Solari», explica esta actriz que dice «disfrutar mucho» también de la dirección escénica y que está «esperando a que se abra el horizonte de hacer teatro en España».

El cine chileno es un fijo, en la actualidad, en los principales festivales internacionales, pero Paulina García reconoce que hablar de industria en su país es una utopía. «La industria quiere decir que hay recursos y que se produce una explosión demográfica de producciones. De momento, todo depende de las coproducciones», sobre todo con Argentina, México, Brasil, Colombia y España.

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