El cine de apropiación no falla a su cita
El filme es un inteligente ejercicio cinematográfico realizado a partir de películas mudas colombianas
Las producciones de metraje encontrado apasionan a los responsables del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de cortos o largometrajes en los que no se rueda nada o apenas alguna breve escena complementaria. Se parte de material de archivo, de ficción y no ficción, y se le da una lectura contemporánea a partir de la que se recupera el sentido original de las imágenes o, en la mayor parte de las ocasiones y es cuando realmente se genera algo interesante, se les da una interpretación novedosa hasta el punto de que el espectador asiste a un filme 'nuevo' e innovador. Dentro de este género se encontraba, por ejemplo, 'The Green Fog', largometraje con el que Guy Maddin, Evan Johnson y Galen Johnson se alzaron con el Lady Harimaguada de Oro, máximo galardón de este festival, en la edición de 2018.
'Mudos testigos', producción colombiana firmada a medias por Jerónimo Atehortúa Arteaga y el fallecido en 2019 Luis Ospina, aspira a repetir la proeza en esta 22ª edición. Esta nueva película propone un interesante ejercicio de apropiación fílmica a partir de fotogramas de distintas películas mudas colombianas, país natal de ambos cineastas, para generar una ficción entretenida que va mucho más allá del mero y ya de por sí interesante ejercicio de recuperación de las imágenes históricas originales.
'Mudos testigos' traza una trama en torno a un romance imposible mediante el que con ingenio se radiografía la propia sociedad colombiana de principios del pasado siglo XX. A medida que desarrollan el romance secreto de Efraín y Alicia, el espectador va descubriendo una sociedad clasista, donde la clase adinerada lleva la voz cantante y nadie le tose. Aparecen los conflictos bélicos internos que llevan décadas marcando el devenir de este país latinoamericano, así como la explotación de una clase obrera que no solo vivía en la pobreza sino que estaba a un paso de la esclavitud.
Para ello, 'Mudos testigos' se divide en tres partes. Una primera en la que se desarrolla el preludio de la relación de los dos protagonistas y la imposibilidad de que fructifique en público, una segunda cuando se desata la 'tormenta' que acaba en un demoledor incendio y una tercera, a modo de diario de Efraín, cuando emprende un viaje hacia la zona selvática de su país para intentar rescatar a su amada Alicia.
La película tira de un brillante ejercicio sonoro para generar texturas y traer al presente este ejercicio fílmico, así como de frases extraídas de novelas colombianas de referencia publicadas en el primer tramo del pasado siglo XX, contemporáneas de las imágenes rescatadas. Así hasta llegar a la aparición del sonido dentro de la cinematografía colombiana, que copa el tramo final y da sentido a este eficaz ejercicio cinematográfico.