El Cuyás sube el telón con un ‘Calígula’ cuerdo y dolido

Mario Gas confiesa que tenía muchas ganas de hincarle el diente al Calígula de Albert Camus. De hecho, hace años, adquirió los derechos de esta pieza «irresistible» para llevarla a escena. Sin embargo, fue un encargo de la productora Focus lo que lo lanzó a ponerse al frente de esta obra que califica «de buenísima y adecuadísima para este momento». En este sentido, Gas invita a mirar a nuestra izquierda y derecha para buscar a «tiranos, aparentemente, descerebrados» que han tomado «un camino equivocado dedicándose a destruir y a matar».

Esta inquietante obra, en la que Camus reflexiona sobre los límites del poder y el absurdo de la existencia humana, es el «bombazo» que ha elegido el teatro Cuyás para abrir la temporada y que todos pongan sus ojos en él, indicó el director del espacio escénico, Gonzalo Ubani.

«Lo perturbador de la obra es que Calígula se puede entender muy bien», indicó el actor Pablo Derqui, encargado de transmitir la profundidad de las ideas que propone el Nobel de Literatura en esta pieza publicada en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial.

Según el actor, que asume el peso de una obra que Gas califica de un «monólogo a nueve voces», Calígula se percata de la finitud de la existencia humana y decide poner en práctica la crueldad de lo absurdo. «Se da cuenta de que vivimos en dobles morales; con muertos de primera y segunda categoría, de que todo es un pacto falso y, ante esa decepción de la vida, como tiene el poder, lo ejerce para que la gente despierte; dice: si la vida es finita, pues te mato ahora, total es igual morir ahora que mañana», comentó Derqui, que se ha dejado guiar por Gas y por el texto para construir un personaje reflexivo, alejado de los estereotipos que proponen a un emperador demente. «No era ningún loco. Todo empieza con la relación incestuosa con su hermana y, tras su muerte, se da cuenta de las mentiras y de la finitud de todo. En esa depresión, decide ejercer el poder así, implacablemente, por exceso de lucidez. Asume el dolor del mundo, la culpa humana y, en lugar de ser un salvador, es un exterminador, pero desde el punto de vista de un salvador; su pretensión es positiva», abundó Derqui sobre el sentido del texto.

«Nos dicen que la obra llega muy nítidamente y que la interpretación de Derqui -no lo digo yo, sino la crítica- es absolutamente deslumbrante», apuntó Gas satisfecho.

«Si esto acaba con algo cruento, la historia no perdonará a los dirigentes del Estado y ni de Cataluña», indicó Mario Gas sobre la situación generada por la consulta independentista del 1-O.

Gas, que se desmarca del independentismo, dijo que el Estado está actuando «muy mal» porque, aunque habla de legalidad, no ha dialogado con el Gobierno catalán. Entiende que el problema es de orden político y se ha judicializado de una forma «absolutamente rara». «Apelar a la legalidad es un alegato dudoso, porque a veces la legalidad no es lo coherente y lo que favorece a los ciudadanos», añadió.

El director aboga por el diálogo para encontrar algún acuerdo que atienda al sentir expresado pacíficamente por la ciudadanía. «Si hemos de entendernos, ¿por qué no hablar en lugar de humillar y judicializar? Es tremendo. Me dan ganas de votar que sí, y no soy independentista, ni catalán ni español, vivo en Madrid y en Barcelona, tengo familia en las dos ciudades», subrayó. Además, aseguró que, con su actuación, el Estado está «construyendo independentistas». «Acabar con mártires sería imperdonable, para echarles de la política, a unos y a otros», sentenció.

Qué. Calígula, de Albert Camus.

Quién. Pablo Derqui, Borja Espinosa, Mia Esteve, Bernat Quintana, David Vert/ Xavier Ripoll, Pep Ferrer, Pep Molina, Anabel Moreno y Ricardo Moya, dirigidos por Mario Gas.

Dónde. Cuyás.

Cuándo. Hoy y mañana, a las 20.30 horas.