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Entorno mediático y sistema político determinan el éxito de la propaganda automatizada

Entorno mediático y sistema político determinan el éxito de la propaganda automatizada

El sistema político y el entorno mediático son dos de los elementos que determinan el éxito de los sistemas de propaganda automatizados que buscan distorsionar procesos electorales, según dos investigadores del Oxford Internet Institute.

Alfonso Bauluz (Efe) / Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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Gillian Bolsover y Philip Howard sostienen en el libro Drums: Distorsiones, rumores, mentiras, desinformación y calumnias que la fortaleza de la sociedad civil y la influencia que las plataformas tecnológicas tienen en lo que es considerado la ciudadanía en una sociedad tecnológicamente capacitada son también determinantes.

Ambos autores en su capítulo del libro dedicado a la Propaganda automatizada en Estados Unidos, Europa y China recuerdan que sus orígenes se remontan a las elecciones de 2010 al Senado de Massachusetts, donde indican ya fue detectada.

La propaganda mediante sistemas robotizados varía según los países y con similares plataformas o redes sociales, según ambos investigadores, que recuerdan que tradicionalmente se ha diferenciado entre la propaganda diseminada en países totalitarios y democráticos.

Y explican que lo que cambia es el contexto, el sistema político, el entorno mediático, la fortaleza de la sociedad civil y la influencia que tienen las plataformas tecnológicas en la ciudadanía de una sociedad tecnológicamente capacitada.

Poder y tecnología

Su conclusión es que la propaganda computacional es un fenómeno social y técnico, pero su repercusión en el proceso político es menos una cuestión de tecnología, que de poder sobre dicha tecnología, derivado de la configuración del poder en cada sociedad.

Los problemas derivados de la propaganda asistida por ordenador -consideran ambos investigadores- tendrán mayores posibilidades de ser resueltos afrontando las posibilidades de disminuir las condiciones sociales allí donde es más grande el grado de exposición e influencia de mensajes emocionales o manipulados.

Falsificación de perfiles

Una de las técnicas empleadas para distribuir propaganda política automatizada, conocida como bots, que simulan actividad humana en las redes o falsifican grupos de presión social de base ya forma parte del escenario estadounidense para manipular los algoritmos de las redes sociales.

También su empleo para fingir la existencia de grupos coordinados para diseminar mensajes de apoyo a un determinado candidato.

Su actividad fue particularmente intensa en Twitter durante la campaña electoral en las presidenciales norteamericanas de 2016.

Ventaja de Trump

Allí fueron empleadas también para distorsionar las búsquedas en la red, silenciar a los contrincantes y distribuir automatizadamente publicidad política en privado o en público, con destinatarios localizados geográficamente o por el empleo de determinados vocablos.

En la última semana de dicha campaña fueron totalizados 19,4 millones de tuits según el equipo de investigación de propaganda automatizada del Oxford Internet Institute que sitúa entre el 20 y el 25 por ciento del tráfico con hastags electorales en horas de vigilia.

El porcentaje es ahí favorable a Donald Trump sobre Hillary Clinton por cinco a uno.

El modelo Michigan

Los investigadores utilizaron para su muestra de esos 19,4 millones de tuits aquellos originados en uno de los estados en disputa como Michigan, donde Trump venció por 10.704 votos, lo que toman como hipótesis de victoria asistida por ordenador.

En el análisis de los 26.000 enlaces compartidos en Michigan en la semana anterior a la votación y en lo que denominan junk news o noticias basura caracterizadas por desinformación, contenidos extremos o hiperpartidistas fueron compartidos en un porcentaje muy similar 25,53 % frente al 25,29 % de los ofrecidos por los medios.

Según estos investigadores los tuits en los llamados "estados bisagra" fueron compartidos más que en el promedio nacional.

Menor incidencia en Europa

La misma metodología de comparación en Europa arrojó el resultado de un menor uso y difusión en los mayores acontecimientos políticos del viejo continente en 2017.

Las "noticias basura" tienen mucha menor prominencia en el Reino Unido, Francia o Alemania, país donde la desinformación mediante ese tipo de enlaces compartidos no alcanzó el 10 por ciento en las elecciones federales de febrero ni las parlamentarias de septiembre.

Las noticias de los profesionales de los medios de comunicación en Alemania superaron 4 a 1 a los "contenidos basura".

Similar proporción que en las elecciones británicas de junio de 2017, según los investigadores, que precisan que en Francia fue aún menor en sus presidenciales, con un apenas 6 por ciento de enlaces compartidos.

La diferencia fue once a uno en las informaciones periodísticas frente a las "noticias basura".

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