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La erupción de La Palma está siendo muy devastador. La lava se come todo a su paso en el avance hacia el mar. acfipress
CRÓNICA DESDE LA PALMA

Un volcán no compensa este drama

«A cuatro días de la erupción y pasada una primera fase de sorpresa por ver una algo tan increíble está claro que un volcán tan devastador no es 'maravilloso'. El temor, además, va en aumento ante la posibilidad de que dure

SILVIA FERNÁNDEZ

Jueves, 23 de septiembre 2021, 02:00

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La erupción de La Palma es, sin duda, una de las coberturas informativas que más me está costando cubrir manteniendo el tipo. Es muy difícil no ponerse a llorar cuando hablas con personas que lo han perdido todo y se derrumban cuando te cuentan, con lágrimas en los ojos, que después de una vida de esfuerzo la lava les ha dejado sin nada. Muchos son personas mayores que creían resueltos los años que les quedan por delante. Sin embargo, ahora se encuentran totalmente desamparadas. Algunos tienen otra vivienda pero muchos se ven en la calle. Están desorientados, en estado de 'shock' y se te parte el alma.

Lo piensas y es que la lava no solo se ha llevado su casa. Se lleva sus recuerdos, el lugar en el que nacieron, en el que vivieron con sus padres, el sitio en el que tuvieron a sus hijos y a sus nietos. Hay barrios enteros que ya no existen y no volverán a ser. Ahora será una colada de lava que, quien sabe, igual se convierte en algún tipo de atractivo turístico pero ya no estará la casa de Juan, el colegio donde mandaron a sus hijos, la plaza donde se celebraban las fiestas, el bar de Luis...

Todo se ha borrado. Muchas personas van a necesitar ayuda sicológica para superar este trance y vivir una especie de luto para superar la pérdida.

«Algunos optan por rezar y por pedir a la Virgen que pare la erupción pero a la lava no la detiene nada»«Además de las casas, el volcán se lleva los recuerdos de muchas personas. Hay barrios que ya no existen»

Ayer, un joven palmero de Todoque lloraba pensando en sus abuelos. El legado que dejaron a la familia ha desaparecido. En Todoque tenían casa su padres, sus tíos y él, que además había invertido en tres viviendas vacaciones para vivir de ellas. Ahora ya no queda nada. La colada de lava se lo ha tragado. Cada testimonio es un drama en sí mismo.

Ayer, un hombre de 79 años que ha perdido su casa en Todoque, estaba muy molesto con todos aquellos que dicen que el volcán es un espectáculo. «Esto no es una fiesta, es una tragedia», decía y es así. Tiene razón. El dolor que están pasando muchos palmeros no compensa la espectacularidad de un volcán que es tan devastador. Se quejaba este hombre de las palabras de la ministra de Turismo, Reyes Maroto, dicendo que el volcán era «maravilloso» (aunque luego matizó sus palabras ante el aluvión de críticas recibidas). «¿Cómo puede decir una cosa así cuando se ha llevado todo lo que teníamos», se preguntaba. A cuatro días de la erupción y, pasada la emoción del primer momento de ver un volcán, este hombre tiene razón y creo que el sentimiento es compartido por toda la isla y el resto de Canarias. La maravilla de un volcán no compensa este drama.

Al golpe que han recibido hay que sumar la incertidumbre y el temor que tienen sobre cómo va a evolucionar la erupción en los próximos días. En la isla existe mucho miedo a que se puedan abrir nuevas fisuras en otras zonas. Los expertos y científicos que están en la isla no creen posible que se pueda dar esta situación. De haber nuevas bocas las sitúan cerca de las existentes, en la misma fisura, pero los más mayores del lugar recuerdan lo que sucedió en 1949 con el volcan de San Juan, que partió la tierra en tres sitios. El hecho de que la erupción se alargue demasiado en el tiempo es otro temor que tienen los palmeros, ya que, si siguen alimentándose de magmas las dos coladas de lava que se han formado, el frente podría abrirse y extenderse por otras zonas. Asi que, cuatro días después de erupción, el temor a lo que pueda pasar lejos de reducirse va en aumento. Ayer entró en escena la religión. Los sacerdotes de la isla y el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, celebraron una misa por la tarde para pedir a la patrona de la isla que cesara la erupción. Buscan un milagro, al igual que hizo la Vírgen de los Dolores o también llamada de Los Volcanes en Tinajo (Lanzarote), cuando, según recoge la historia, en las erupciones del siglo XVIII, detuvo la lava del volcán enfurecido y salvó este pueblo. Rezar está bien pero, como recordó ayer el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, a la lava no la para nada ni nadie. Solo la naturaleza sabe cuándo cesará la erupción y de qué forma va a evolucionar en los próximos días. Lo importante, insisto una vez más, es que venga lo que venga las administraciones estén a la altura y den una respuesta adecuada.

En este sentido, hay que aplaudir al Cabildo de La Palma, que ya ayer empezó a realojar en hoteles a las personas evacuadas y que estaban en el albergue militar de El Fuerte. Empezaron a reubicarlos en hoteles de Fuencaliente y seguirán en los próximos dias.

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