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c. inza
Arrecife
Miércoles, 1 de marzo 2023
Davinia Rodríguez, nieta de Leoncia Guerra Bayón, ha presentado una queja por los hechos ocurridos en la residencia de mayores diurna de Las Cabreras, en Tahíche, municipio de Teguise, Lanzarote, después de que su abuela sufriera un infarto en dicho centro y falleciera diez días después de ser hospitalizada. Se queja de que supuestamente no se activara ningún protocolo de urgencia ni se llamara a una ambulancia.
Davinia explica que el pasado 15 de febrero, a las 15.00 horas, su tía y también hija de Leoncia, recibió una llamada de la responsable de la residencia explicándole que su madre había vomitado y que, si era posible, pasara a buscarla, para que no tuviera que regresar a casa en guagua dado su estado.
«A penas 50 minutos después -sigue relatando la denunciante- mi tía recibe otra llamada de la residencia, también de la responsable, comunicándole que mi abuela «ha vuelto a vomitar, que la recoja para que no vomite en la guagua», palabras textuales de la responsable del centro, según precisa.
«Mí tia fue a la residencia a buscar a mi abuela y la encontró rodeada por varias auxiliares, y sentada, echada para adelante, y quejándose de grandes dolores en el corazón y en el brazo izquierdo, por lo que de inmediato comprendimos, que lo que le pasaba a mi abuela, lejos de tratarse de un simple mareo o de que algo no le había sentado bien, era un infarto», matiza Davinia Rodríguez.
«La sorpresa fue, también, que cuando mi tía se llevaba a mi abuela, todas las trabajadoras del centro le dijeron que la llevara urgente al hospital, porque veían que estaba grave».
Ante este hecho, se pregunta la denunciante, por qué si todos sabían que estaba grave, presuntamente, no se llamó a una ambulancia, ni se activó un protocolo de emergencia para estos casos.
De este modo, prosigue Davinia Rodríguez, su tía trasladó por sus propios medios a Leoncia urgentemente al centro de salud de Valterra, donde un médico le hizo un electrocardiograma y, de inmediato, al confirmar que efectivamente se trataba de un infarto, una ambulancia se la llevó al Hospital José Molina Orosa, «donde ingresó en estado ya casi terminal».
Explica también la denunciante, que el propio cardiólogo de urgencias le dijo que por qué nadie llamó a una ambulancia, ya que el tiempo de reacción en estos casos es clave.
Así las cosas, Leoncia murió diez días después de su ingreso.
Davinia también cuenta que ha interpuesto una queja ante la residencia de Las Cabreras, con el único objetivo que impedir que este tipo de situaciones vuelvan a producirse en un centro que cuida a personas mayores.
Por ello pide que por favor todos los centros de este tipo se doten de tres elementos fundamentales como son: un desfibrilador, que se refresque al personal del centro el protocolo de actuación para casos de emergencia como accidentes cardiovasculares, «cosa que en el caso de mi abuela no se activó -recuerda- y que se instalen cámaras en este tipo de residencias, -a cuyas imágenes tengan acceso los familiares de los residentes», ya que, explica, muchas personas son muy vulnerables y en ocasiones se pueden dañar, sin que tengan a nadie cerca que pueda ayudarles.
La denunciante también quiere señalar el caos existente en esta residencia de mayores, ya que expone que en su momento acudió a solicitar una hoja de reclamaciones para iniciar el proceso de denuncia por los hechos relatados y tuvo que acudir a la Policía Local de Teguise, debido a que tardaban o demoraban la entrega de dicha hoja, señalando su responsable que el motivo no era otro que el desorden que tenían al encontrarse en pleno proceso de mudanza, ya que la empresa que venía gestionando el centro, ya no seguirá gestionando este centro, circunstancia por la cual no se le entregó la citada hoja de reclamaciones hasta 24 horas después.
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