Los altibajos de la erupción convierten el volcán en una montaña rusa
Los expertos ven normal que se alternen fases de descanso y de actividad. No hay evidencias de que el reservorio de magma se haya agotado
El domingo por la tarde, el volcán sin nombre de Cumbre Vieja rugió con intensidad y expulsó por dos bocas magma fluido y una columna de piroclastos de forma simultánea. Sin embargo, ayer, poco antes del amanecer, enmudeció durante dos horas. Un descanso desconcertante pero habitual en una erupción estromboliana que volvió a recobrar fuerza anoche. «Estas cosas las hemos visto en otros volcanes. En el volcán submarino de El Hierro tuvimos un parón de unas horas en diciembre, pero la erupción terminó en febrero. No sabemos si es un parón momentáneo y si va a volverse a reactivar. En todo caso, los pulsos de ceniza no han cesado», explica el vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Itahiza Domínguez. En este sentido, el sismólogo apunta que esta salida de ceniza coincide con la recuperación de la señal del tremor, es decir, la vibración sísmica que produce el volcán al expulsar material lávico. «El volcán no ha dejado de emitir magma en forma de ceniza», explica el geólogo.
En el mismo sentido se pronuncia la volcanóloga del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Inés Galindo, que está en La Palma haciendo el seguimiento del proceso. «Ha tenido pulsos de ceniza, pero la actividad ha disminuido mucho desde la madrugada del lunes. Ya no se ve la columna eruptiva, solo pequeños pulsos», comenta la geóloga canaria pendiente de los mensajes en clave que lanza el volcán en forma de señales sísmicas y deformación del terreno, además de otros indicadores recogidos y analizados continuamente por los científicos desplegados en La Palma.
Entre esos parámetros de difícil interpretación hasta que se consoliden con el paso de las horas, se encuentran las señales sísmicas de un nuevo enjambre de 16 terremotos que se produjeron entre las 5 y las 8 de la mañana al sur de Cabeza de Vaca. «Se localizaron justo donde comenzó el enjambre del 11 de septiembre. Puede ser debido a la respuesta de la roca a este parón que hemos tenido o puede que el conducto del magma se haya taponado en algún punto y que la presión haya liberado esa energía», baraja Domínguez.
En todo caso, el volcán ayer jugó al escondite con los científicos que no descartaban nada. «Puede que se vaya apagando o que vuelva a reactivarse», apuntaba Galindo, horas antes de que, efectivamente, comenzara a reanimarse. «Teníamos una deformación del terreno por la presión del magma y ahora hay que ver si se produce una deflación continuada», comenta la geóloga.
Lo que sí se intuye es que los terremotos localizados a entre 7 y 11 kilómetros de profundidad al sur de Cumbre Vieja están relacionados con el parón de la erupción, porque ocurrieron cuando el volcán dejó de rugir, sostiene Domínguez.
En ascuas
En todo caso, la ceniza y el humo sustituyeron ayer a la lava, que volvió a fluir por la noche. «Puede que el magma haya encontrado pequeñas cantidades de agua en su camino que hace que salgan pulsos de agua vaporizada y cenizas. Es una teoría por confirmar», comenta Inés Galindo que reconoce que el volcán de Cumbre Vieja mantiene a los científicos en ascuas. «Siempre nos tiene en vilo, pero a veces tenemos más información que otras», comenta la vulcanóloga.
La intermitencia del flujo lávico impide saber si finalmente la colada llegará al mar. Aunque el frente de lava ya está a menos de un kilómetro de la costa de Tazacorte, su avance es lento. «La colada sur está estabilizada y la otra se está acumulando al norte de la Montaña de Todoque», comenta Galindo. Pese a que no hay nada seguro, las poblaciones más cercanas al lugar donde se prevé que caiga la lava -San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y la Condesa-, están confinadas para evitar la columna de gases tóxicos que provocará el explosivo encuentro.
millones de metros cúbicos es la cantidad estimada de lava que podría haber salido del volcán desde el inicio de la erupción. Este volumen dobla el magma que penetró bajo la isla desde cotas más profundas.