Varios ciudadanos y visitantes del municipio de los Faycanes contemplaron el curioso hallazgo, cuando se disponían a disfrutar, en algunos casos, del amanecer en el litoral así como del primer chapuzón matinal.
La singularidad de la imagen estriba en que los cisnes negros son prácticamente endémicos de Australia, si bien dicha especia se ha ido introduciendo en otros continentes tras su descubrimiento en 1697 por colonos ingleses.
De hecho, antes de ser contemplado por los pioneros británicos en tierras oceánicas, lo cierto es que en el mundo occidental se pensaba hasta entonces que todos los cisnes eran blancos -de hecho, el filósofo austríaco Karl Popper aprovecha dicho ejemplo para construir su famosa teoría de la Falsabilidad-, de ahí que su presencia es más que llamativa en estas latitudes. Y es que, pese a ser el favorito de estanques y parques ornamentales de media Europa, no se ha llegado a asilvestrar en el Viejo Continente.