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Todavía quedan tres meses para que el barrio de San Antonio celebre las fiestas de su patrono, aun así, el Ayuntamiento de Telde no quiere perder el tiempo y ya ha empezado a mirar su agenda para ir haciendo los deberes. Es por ello que desde ya se ha marcado el objetivo de tener renovado el santuario del pueblo antes de que llegue el 13 de junio, día de la onomástica.
El consistorio local ha informado de que, en su firme apuesta por la conservación y mejora de su patrimonio, sigue avanzando en la restauración de la ermita de San Antonio. Los trabajos, impulsados por el área de Patrimonio, que dirige Héctor Suárez, están siendo ejecutados por personal del Plan Extraordinario de Empleo Social 2022-2023, que financia el Servicio Público de Empleo Estatal.
El edil visitó hace días la ermita y su entorno para comprobar de primera mano el avance. Conoció junto al capataz del grupo de trabajo y al representante vecinal Antonio Santana las tareas que todavía quedan pendientes y la hoja de ruta marcada para ejecutarlas.
«La ermita de San Antonio es una joya patrimonial de Telde y un punto de atractivo turístico que debe estar en condiciones óptimas para su uso y que tanto los vecinos y vecinas como los visitantes puedan admirar este inmueble tan pintoresco en su exterior e interior», afirma Suárez.
Además, el también vicealcalde de Telde felicita al personal que lo ha llevado a cabo «y cuyo resultado está siendo impecable», al mismo tiempo que explica que este grupo de personas se está encargando de restaurar otros puntos patrimoniales del municipio, «con la intención de remozar y adecentar zonas que requieren de labores de mantenimiento y cuidados».
Las tareas realizadas en este espacio santo han consistido en trabajos de albañilería y pintura de las paredes del exterior e interior del inmueble, instalación de canalización de aguas pluviales, acondicionamiento de puertas, ventanas y peanas de madera, restauración de una histórica lápida y limpieza completa del interior, entre otros. Asimismo, está prevista la instalación de una viga y apoyo en una de las estancias del inmueble para concluir con la renovación de este espacio, además de terminar de pintar y crear un museo en una sala aledaña, la cual contendrá piezas relacionadas con la antigua finca privada que contenía la ermita, datada del siglo XIX, «una de las fincas más importantes de Gran Canaria en aquella época», explica Suárez.
Cabe recordar que desde que comenzó el siglo, en la ermita se han producido varias obras de mejora. La más grande fue en 2013, tras siete años en los que el santuario se estaba cayendo a cachos, y fue ejecutada por un grupo de presos y personas en riesgo de exclusión social, quienes colocaron un nuevo tejado en el inmueble.
Ahora, con las nuevas obras impulsadas por Patrimonio, el santo no ha tenido que dejar su trono. Sin embargo, en 2016, tras unas copiosas lluvias que inundaron la ermita sí tuvo que hacerlo por reformas.
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