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Claudio Romero se dedicaba al mundo de la construcción, pero supo que el Ayuntamiento sacaba a concurso el kiosco de la plaza del Teatro Auditorio de Agüimes y optó por no dejar pasar ese tren. Se lió la manta a la cabeza, concursó y se hizo con el puesto. Lleva abierto desde el penúltimo fin de semana de marzo y está contento. Mientras Claudio escribe un nuevo camino en su vida, al casco le resuelve una laguna: le da vida al imponente entorno del auditorio y rescata para el uso y disfrute del pueblo un espacio que parecía exclusivo de los usuarios del teatro. Ahora hay vida más al sur del Casino, una terraza abierta de martes a domingo y de 10.00 a 22.00 con un café selecto y especialidad en carne de cochino y en mojitos de varios tipos.
Pero no es este el único de los locales propiedad del Ayuntamiento que ahora vuelve al tajo. Expirados los contratos de los concesionarios anteriores, la corporación convocó nuevo concurso a finales de 2020 y ahora acaba de adjudicarlos. Los beneficiados podrán gestionarlos durante tres años más otros dos de prórroga.
Los restaurantes El Alpendre y Señorío de Agüimes, ambos ubicados en el casco, recayeron en las empresas Taller Gastronómico El Guachinche SL y Bar Cafetería El Pastor SL, respectivamente. Claudio Romero se hizo con el kiosco del auditorio, mientras que Brad Piz SLU ganó el concurso para el kiosco del parque urbano de Playa de Arinaga.
Según un comunicado municipal, el objetivo del Ayuntamiento es que estos espacios, localizados en lugares estratégicos, presten servicio a la población local y sirvan de reclamo a turistas y visitantes, además de generar economía y empleo en el municipio. Los nuevos adjudicatarios ya han cumplimentado los trámites para el inicio de su actividad y algunos, como Romero, han podido abrir.
Entre los que están en plenos preparativos está Santiago Gorrín, que traerá hasta Agüimes su apuesta por el patrimonio gastronómico canario del que ha convertido en un emblema su restaurante El Guachinche, en Carrizal (Ingenio). Ahora mantendrá los dos locales, donde seguirá haciendo honor al legado culinario que le dejó su madre, María Luisa Felipe Izquierdo. Están haciendo obras para garantizar la accesibilidad del local, dotándolo de rampa y aseo para discapacitados. Esta semana estarán listos. Tardará en abrir lo que tarde el papeleo. «Cuanto antes», indicó.
Más veterano incluso en estas lides es Luis Ángel Díaz, un gallego que lleva una vida dedicada a la restauración y que, recién llegado de gestionar otro local en Pájara (Fuerteventura), confiesa que se enamoró de las instalaciones de El Señorío. Garantiza un servicio de calidad y buen producto en una carta que combinará platos tradicionales de la cocina canaria y de la peninsular. Su idea es abrir en torno al 20 de abril y servirá almuerzos y cenas. Su experiencia le avala.
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