«El Parque Nacional es incompatible con una población de cabras sin control»
Entrevista ·
Abandona la gestión pero no la política tras 24 años en el Cabildo y deja un Parque Nacional en el horno, más cabras asilvestradas de las que desea y un resquemorLa consejera de Medio Ambiente en funciones deja la política activa tras 24 años en el Cabildo.
–Eres la única de los 8 consejeros de NC del mandato anterior que deja el Cabildo. ¿Por qué?
–Soy la única dentro de los puestos de salida. No fue una decisión fácil ni basada en un único motivo ni adoptada en un momento dado sino a lo largo del tiempo. Lo compartí con mi partido, mi familia y conmigo. Me voy a de la gestión pero no de la actividad política ni de la militancia. Esto no se deja de la noche a la mañana. De hecho fui la última en la lista del Cabildo para demostrar que sigo apoyando la candidatura y demostrar que no es una cosa forzada.
–Has sido consejera del Cabildo durante 6 mandatos seguidos. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de estos 24 años?
–Resumirlo es imposible. Lo mejor es que te da la oportunidad de trabajar por el bien común y poner en marcha proyectos que tienes en la cabeza, en el compromiso y en la propuesta electoral. Aprendes y conoces gente interesantísima. Lo peor es, a veces, la incomprensión, incluida la de los nuestros: la de la familia, que no entiende que trabajas los 365 días del año;y la de tus compañeros de trabajo porque estamos en ámbitos de poder y eso saca lo bueno y lo malo de todos. Pero en general ha sido una buena experiencia y volvería a repetir.
–¿Qué promesa que no hayas podido cumplir te causa más dolores de cabeza?
–El acceso alternativo al Ecoparque Norte. Me sienta mal no haberlo hecho. Tiene proyecto, tiene presupuesto, está el compromiso con los vecinos y no se ha podido conseguir porque la expropiación debe ir por la vía ordinaria y no extraordinaria. Los vecinos siguen soportando los olores y el ruido del paso de los camiones. Es algo inminente y se hará pronto, pero me sabe mal no dejarlo hecho.
–Dejas en manos del Gobierno central la declaración de Guguy como Parque Nacional. ¿Qué supondría para Gran Canaria y La Aldea de San Nicolás?
–Para Gran Canaria va a suponer tener por fin nuestro propio Parque Nacional, la máxima categoría de protección a nivel estatal. Para La Aldea será un valor que permitirá un desarrollo ordenado y la generación de empleo y economía, un atractivo turístico vinculado a la naturaleza y al descanso, no al turismo masivo. El expediente está completado, tiene el visto bueno del Gobierno canario y el Estado lo conoce. Los técnicos de parques nacionales apoyan la propuesta por la singularidad de la biodiversidad de Guguy, que no está contemplada en otros parques y ya es espacio protegido. El camino no es fácil, pero tiene todos los parabienes.
–¿Qué ha hecho el Cabildo para garantizar la apertura de un nuevo vertedero de residuos cuando se colmaten los dos actuales?
–Hemos encargado un estudio para localizar el mejor sitio teniendo en cuenta los planes de ordenación, los espacios protegidos, la accesibilidad, la cercanía de núcleos urbanos y otros factores. La ampliación de Juan Grande es una posibilidad. No tiene por qué ser en suelo público, también puede ser privado y acudir a la expropiación por interés general.
–¿Son las apañadas la solución para el control de la población de cabras asilvestradas? Las capturas que consiguen no parecen evitar su crecimiento.
–En estos 4 años sólo hemos realizado apañadas, sin combinarlas con otras medidas. El problema es que cada cabra se come a diario 8 kilos de biodiversidad, incluida la que está en peligro de extinción y es única en el mundo. Las apañadas no están siendo lo efectivas que esperábamos. Espero que el mandato que viene se decida si en algún momento deben abatirse. La creación del Parque Nacional de Guguy es incompatible con tener una población de cabras asilvestradas.
–Muchos botánicos sostienen que la mejor solución es abatirlas. ¿Qué opina?
–Los expertos son los soberanos en estos diagnósticos. Si los científicos opinan que esa es la solución es que está bendecida. Comparto con ellos su disgusto, su pesar y su sentir con este problema. No se respeta el equilibrio natural y peligra lo que se tiene que preservar. Valoro su valentía cuando proponen medidas más fuertes que las apañadas.
–La población de serpientes no deja de crecer pese al aumento de capturas por el dispositivo de control. ¿Debemos hacernos a la idea de que es imposible erradicar esta especie invasora?
–Me niego a creerlo, pero es muy complicado. Es un animal exótico introducido por personas irresponsables que se adaptó bien al medio natural y no es fácil de capturar. No son nocivas para los humanos pero están cargándose a los lagartos canarios y ese sí es un problema gravísimo porque los están extinguiendo.
–¿Cuánto dinero ha invertido el Cabildo en los últimos años en reforestación y qué superficie ha repoblado?
–En los últimos cuatro años son más de 600 hectáreas repobladas. Se habrán plantado en ellas unas 400.000 plantas con un coste económico de 6 millones de euros. Las marras pueden llegar a ser el 60% en el sur de 60% y el 30% en el norte, con lo cual podemos estar hablando de unos 250.000 arboles más que han prosperado en la isla.
–¿Y cuánto ha destinado a la mejora de los senderos?
–En total estamos hablando de 820 kilómetros, entre caminos del Cabildo, reales y municipales, en los que hemos invertido más de 2 millones.
–¿Está aprobado y en vigor el catálogo insular de árboles y arboledas singulares de la isla?
–Tenemos una ordenanza y una selección hecha por singularidad, tamaño o edad. Hay árboles más viejos que la Catedral y los hay en montes públicos y en fincas privadas, pero el catálogo todavía no se ha aprobado definitivamente por el pleno del Cabildo porque supone asumir la responsabilidad directa de su protección con todo lo que eso entraña.