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El estudio de capacidad de carga turística que incorpora la revisión del Plan Insular de Ordenación (PIO) que el Cabildo está a punto de culminar estima que la isla podría llegar a acoger un máximo de 261.588 plazas alojativas «incorporando exigencias de sostenibilidad y calidad que garanticen una óptima integración ambiental de los desarrollos turísticos y mejoras para incrementar la capacidad de infraestructuras y servicios, tanto a nivel insular como por ámbitos».
El grueso de esa capacidad de carga se sitúa en la zona turística litoral del Sur, en la que el estudio coloca un tope de 211.429 plazas, esto es, el 100% del incremento máximo previsto para este ámbito, coincidente con las cifras propuestas en el PIO de 2004 vigente.
El estudio de capacidad de carga turística confirma el potencial de la costa norte y el interior de la isla, así como el del Valle de La Aldea, aunque con limitaciones en el número de camas. Así, para la zona turística litoral del Noroeste la estimación recogida es de 3.000 plazas alojativas, el 20% del incremento máximo previsto en el estudio de capacidad y la misma cifra prevista en el Plan que se revisa, pese a que se aumentará la superficie de esa zona turística.
No obstante, el documento que está a punto de aprobarse definitivamente incrementa en 700 plazas las previstas en el Valle de La Aldea, dentro de la zona turística litoral del Noroeste, lo que supone un 70% del aumento máximo contemplado en el estudio de capacidad de carga y en el PIO actual. De este modo la nueva pieza turística de La Aldea de San Nicolás pasa de las 1.200 camas que autoriza el Plan Insular actual a 1.900.
En la franja costera del Noroeste el desarrollo turístico se limita a piezas singulares y a una oferta hotelera «especializada y excepcional» vinculada a actividades culturales y de convenciones, la recuperación o preservación del patrimonio natural, cultural, arquitectónico y arqueológico o a actividades deportivas o del cuidado de la salud.
Junto a estos incrementos, el nuevo PIO estima que el aumento de plazas en el resto de la isla podría alcanzar las 3.000 camas para la zona turística interior y las 9.000 en las áreas urbanas, aunque el turismo de ciudad no estará sometido a regulación en este Plan.
Así el horizonte turístico propuesto por la revisión del PIO, mediante el que el documento se adapta a las Directrices de Ordenación, la Ley del Suelo y otras normativas que han entrado en vigor desde la aprobación del Plan vigente, se situaría en torno a las 228.900 plazas alojativas en lugar de las 261.588 máximas calculadas en el estudio de capacidad de carga.
Para que el modelo de ordenación turística propuesto no merme los valores naturales, culturales y paisajísticos, el Plan «incorpora suficientes determinaciones, tanto de carácter ambiental, socioeconómico y de mercado, destino y producto turístico, así como propuestas de mejora de las infraestructuras y servicios insulares, para garantizar la sostenibilidad territorial y ambiental de la actividad turística con una óptima capacidad de carga», sostiene el documento.
El estudio de capacidad de carga turística de la revisión del PIO, que se inició en 2010 y se someterá a la aprobación definitiva del Pleno de diciembre, estima que, con los recursos, infraestructuras y servicios en los niveles cuantitativos y cualitativos actuales, la isla podría albergar en condiciones óptimas una oferta turística de 160.000 plazas.
Llega a esa cifra considerando que ese umbral se alcanzase con oferta exenta de cualificación y oferta complementaria sin criterios de integración ambiental, y sin incrementar ni paliar los déficits de infraestructuras y de servicios.
El PIO que marcará el desarrollo de la isla durante las próximas décadas establece siete piezas turísticas nuevas que podrían desarrollarse durante su vigencia, aunque solo en seis se admiten plazas alojativas.
Una de ellas es la pieza de Tarajalillo-Lilolandia, en la puerta de entrada al Sur, que se divide en dos porque se separa la de El Veril, en la que está previsto un parque acuático de ocio y oferta alojativa complementaria. También se separa en dos la pieza de Santa Agueda-Barranco de Arguineguín.
La revisión del PIO determina que el planeamiento destinará las piezas de Tarajalillo-Lilolandia, Santa Agueda y Barranco de Arguineguín al uso exclusivamente turístico, computándose como tal el alojamiento temporal no turístico siempre que no exceda del 15% de la edificabilidad total de las piezas.
También se admite el alojamiento turístico nuevo en las áreas libres con equipamiento de Caserío de Media Fanega y Cueva del Canario, en la zona turística litoral del Sur, y en la de Las Moriscas, en la zona turística litoral del Noroeste, en los tres casos con un máximo de 25 plazas por hectárea. En las tres esa oferta alojativa debe ir asociada a nuevos equipamientos de ocio, que ocuparán la mayor parte del suelo turístico.
En la pieza del Valle de La Aldea se fija un máximo de 1.900 camas, que son 700 más que en el PIO de 2004 pero 900 menos que las que amparaba el Plan Territorial Especial de Ordenación del Turismo Insular (PTEOTI), que eran 2.700.
Por último, en la pieza turística nueva de Catanga cabe equipamiento de ocio peri la oferta alojativa no es autorizable.
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