Tenoya exige el desmantelamiento del biodigestor junto a sus casas
«No vamos a permitir que Tenoya sea el trastero de Las Palmas de Gran Canaria». Las palabras de Pepe Esteban delante de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, dejan claro que el pueblo no se conforma con la paralización de las obras del biodigestor. Ahora exigen su desmantelamiento y la restitución del tanque.
La orden de paralización voluntaria de las obras de construcción del biodigestor, un procesador de residuos agrícolas y lodos que se ha ido levantando junto a las casas del camino viejo a Casa Ayala, no resulta suficiente. El pueblo de Tenoya, junto a las federaciones de asociaciones de vecinos Las Medianías, El Real de Las Palmas, Alcorac Guanche y Movecan, no se conforma con la interrupción de las obras y exige ahora el desmantelamiento de los trabajos y la restitución del tanque sobre el que se levantó el biodigestor a su situación original.
«Hemos parado el biodigestor y no vamos a permitir que se ponga en funcionamiento», aseguraba ayer Pepe Esteban, un histórico representante vecinal.
«No nos vamos a quedar tranquilos hasta que se desmonte», añadía a su lado Lorenzo Santana, quien se ha convertido en el portavoz de las federaciones por este asunto. Santana criticó que ayer mismo se mantuviera la actividad dentro de la obra, con unos pocos operarios.
Por eso, los vecinos no se fían de que la paralización se vaya a llevar a cabo. Esto hace que se planteen llevar la batalla contra el biodigestor a otros ámbitos: ya se ha planteado una queja ante el Diputado del Común y se ha tramitado una denuncia ante la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural, así como ante el Seprona de la Guardia Civil. Y no se descarta acudir a la Unión Europea o emprender acciones judiciales para reclamar la desaparición del biodigestor.
El presidente de honor del Real de Las Palmas, José Miguel Jiménez, advirtió de que el rechazo se extenderá desde otros municipios a los que se lleve la infraestructura.
