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Filtraciones. Rosy explica que las sufre debido a los daños en su balcón. cober
Obras de rehabilitación que dejan mal sabor de boca

Obras de rehabilitación que dejan mal sabor de boca

Demanda. Vecinos de la calle León en la Vega de San José exigen a Urbanismo que inspeccione los trabajos realizados en su edificio ya que denuncian diversos daños

REBECA DÍAZ GONZÁLEZ

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 10 de febrero 2021, 00:00

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«Que reparen lo que han roto, porque han roto y creo que el bloque está ahora peor que cuando empezaron, y que se presente por fin alguien de Urbanismo para ver lo que han hecho, que es lo que hemos estado pidiendo desde el principio, que inspeccionaran». Estas palabras de Margory Santana, presidenta de la comunidad de propietarios de un edificio de la calle León, en la Vega de San José, resumen la petición que los vecinos que lo habitan le hacen al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria de manera pública, como afirman ya han hecho a través de diferentes escritos a los que de momento no han recibido respuesta, para que supervise los trabajos de reforma que ha ejecutado en el mismo la empresa Construplan y con los que no están satisfechos.

Los vecinos afectados señalan que las obras que comenzaron en agosto de 2020 -incluidas en el proyecto del Ayuntamiento de rehabilitación de 44 bloques de las calles León, Málaga, Córdoba, Eufemiano Jurado y Palma de Mallorca de este barrio, unos edificios en los que no se había actuado desde su construcción en 1982- no se han ejecutado de manera correcta. Y es que apuntan que no se corresponden con lo recogido en la memoria, han generado desperfectos y daños en numerosas viviendas y han superado el plazo de cuatro meses en que estaba previsto que se culminaran.

El descontento es generalizado entre los residentes en el inmueble, ya que consideran que el modo en que se han ejecutado los trabajos de rehabilitación no ha sido el más profesional.

Así, la presidenta de la comunidad de un edificio de 47 viviendas distribuidas en 11 plantas enumera entre los desperfectos detectados las incrustaciones de cemento en los alrededores y los accesos al inmueble pero también en varias viviendas, la deficiente impermeabilización de la cubierta, «pues se supone que se hace desde el pretil hacia abajo y ellos lo hicieron casi a ras de suelo», y además «obstruyeron los sumideros», que se hayan limitado a pintar la fachada exterior y los patios interiores solo hasta la planta «que se ve desde la calle».

Asimismo, señala que los responsables de la obra no atendieron la petición de la comunidad de dejar un hueco para instalar una puerta de acceso a la cubierta «sino que lo cerraron para poner ventanas», así como las filtraciones que se registran en algunas casas, roturas de cristales, daños en balcones «que han rallado» y en las persianas, «inservibles por el cemento».

Rosy González, una de las propietarias perjudicadas, explica que en la ejecución de los trabajos le desencajaron su balcón «y ahora tengo que poner toallas para que no me entre el agua», apunta sobre las filtraciones que ahora sufre por esta causa y que fueron especialmente importantes durante las precipitaciones que se registraron en la capital la pasada semana.

«Como este es el último balcón, todo lo de la obra cae aquí», dice al señalar el problema que le causó el que los restos de los trabajos fueran cayendo sobre el voladizo de su casa. «Ellos dicen que lo arreglaron por encima, pero eso me lo han partido porque torcieron los lados», asegura. Añade que esto mismo le ha sucedido «a la vecina de al lado» y que en su caso también las ventanas sufrieron daños «cuando encalaron» e incluso «tuvieron que venir a pintarlas por dentro».

La intervención en este inmueble de la Vega de San José se ha acometido con cargo a los 3 millones de euros presupuestado por el Consistorio para un conjunto de 600 viviendas. Pero el resultado no es el esperado y las quejas se multiplican. «Me estropearon las persianas acabadas de poner», expone Yolanda Negrín, que dio cuenta de su problema a la presidenta de la comunidad, quien asegura que lo ha trasladado a Urbanismo.

Esta residente señala que el suyo no es un caso aislado. «A todos los que tienen persianas se las estropearon», indica. Además, se queja de que no se haya protegido el edificio y la calle en el desarrollo de la obra para evitar que los restos de cemento se encuentren ahora por todos lados. «Esto no se puede permitir, tenían que haberlo cubierto todo», critica.

José Antonio Ortiz, tesorero de la comunidad, afirma que algo similar sucede en otros inmuebles rehabilitados. «En todos lo bloques hay quejas», dice.

Señala que la actuación se ha realizado «al trancazo no, lo siguiente», y pone como ejemplo el que la pintura de la fachada se hizo de tal modo que afectó a varios coches que se encontraban aparcados en la calle, incluido el de su hija.

Por todo esto, la comunidad pide al Ayuntamiento «que la finalización de obra se inspeccione», expone el administrador del edificio, Francisco García.

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