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Los bomberos no están para fiestas, ni siquiera en el año en que se celebra el 150 aniversario del cuerpo de extinción de incendios en la capital. Más allá de las proclamas honoríficas y las palmadas en el hombro, poco tienen que celebrar. Denuncian, en su caso, «el estado de abandono en que se encuentran los parques de bomberos y las comisarías de policía», como explican Víctor García y Daniel Ojeda, de la Unión Sindical de Policía y Bomberos (USPB). «Los parques son un chiquero», resume el primero.
«La dejación que se hace desde la Concejalía de Presidencia y Seguridad y la ausencia permanente de la edil Encarna Galván en todos los problemas que se plantean desde las diferentes secciones sindicales, están teniendo como resultado un empeoramiento de las condiciones laborales de los bomberos y por consecuencia un deterioro del servicio de emergencias», señalaron, «invitamos al alcalde a que realice una inspección y compruebe el estado de las instalaciones y la falta del material de intervención».
El coordinador de Bomberos de USPB explicó que la falta de mantenimiento de las instalaciones se acumula ya desde hace años. «La anterior Corporación no sé si llegó a pintar y la actual no ha hecho nada distinto, la inversión aquí es cero», explica, «salvo que contemos la reparación de un bajante de los baños y el pulido de las nuevas oficinas del suboficial». La nueva jefatura, añadió, «cambia la distribución de los despachos, pero las vasijas siguen estropeadas».
Por su parte, la directora de Seguridad del Ayuntamiento, Eulalia Guerra de Paz, reconoció que «sí quedan cosas por hacer porque esto se lleva sucediendo desde hace muchos años», pero aseguró que «está en marcha el esfuerzo por mantener la dignidad de los bomberos al ritmo que permiten los presupuestos».
Así, adelantó que se va a contratar un servicio de mantenimiento fijo de las instalaciones de bomberos y policías, y enumeró algunas mejoras como la reparación de dos baños, la reforma de un ala del parque de Miller antes de que acabe el año, la legalización de la rampa de carga de las botellas, la creación de una zona de lavado para la desinfección de equipos, el encargo de la adquisición de ropa de faena o la creación de la mesa de compra donde los agentes tienen voz en la elección de los materiales y el equipamiento.
Víctor García, de USPB, entiende en cambio que el grupo de gobierno «está más pendiente de la foto y de la venta de humo a los ciudadanos que ser consciente de la realidad de los servicios de emergencias».
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