El plan de Las Rehoyas, paso a paso

El primer paso está dado y no está exento de polémica: se traslada uno de los campos de fútbol y se quita el aparcamiento del parque de Las Rehoyas para construir sobre este espacio un edificio de 146 viviendas. Los técnicos se refieren a esta fase como la cero porque en realidad sitúa el plan de reposición fuera de su ámbito de planeamiento.

Tras él vendrán ocho fases más para completar el plan de reposición más ambicioso al que se ha enfrentado la capital grancanaria. No en vano afecta a 2.558 familias, unas siete veces más que las desplazadas en Tamaraceite (354) y tres veces más que las de El Polvorín (842). Su coste también es mayor: se ha calculado que se necesitarán en torno a los 173 millones de euros para terminar la operación frente a los 75 millones invertidos en El Polvorín o los 41 millones que se estiman para Tamaraceite.

Las tres operaciones nacieron en el Plan General del año 2000. Casi dos décadas después, solo El Polvorín ha terminado su metamorfosis. Tamaraceite está a punto de hacerlo. Y Las Rehoyas-Arapiles está dando sus primeros pasos.

Las críticas sobre la conveniencia de restar espacio libre al parque o sobre la falta de consenso con los vecinos son señal de que el proyecto ya cabalga. El pleno aprobó este viernes la modificación del Plan General que permite edificar una parte del parque. Todavía quedan varios meses de tramitación para que se inicie la construcción de este primer edificio. Y más tiempo aún para rematar el plan parcial que ordena la renovación del resto del parque de viviendas. Pero el Ayuntamiento ya ha anunciado que el primer bloque comenzará a erigirse sobre el parque este mismo año.

La filosofía es esponjar este barrio cuya densidad de población (438 habitantes por hectárea) supera con creces a ciudades masificadas como Bombay. Los casi 8.000 vecinos que residen en Las Rehoyas-Arapiles viven apiñados en un espacio de dieciocho hectáreas, lo que arroja una media de 141 viviendas por hectárea, más del doble de lo que se considera aconsejable para garantizar una convivencia digna.

Para ello, se ha diseñado un plan en el que en torno a un 76% de la población actual se mantiene en el barrio (contando también las familias que se muden al edificio que se construirá sobre el parque de Las Rehoyas), mientras que el resto se mudará a otras zonas de la ciudad. De acuerdo a estos cálculos, Las Rehoyas-Arapiles pasará de tener 2.558 viviendas a contar con 1.941 pisos. Los otros 617 se erigirán fuera de este ámbito, básicamente en el entorno del hospital Doctor Negrín o en Tamaraceite Sur, por citar dos destinos que está barajando en estos momentos el grupo de gobierno municipal.

Los técnicos municipales explicaron que la reposición se hará desde el exterior hacia el interior, y siempre actuando con bloques. El nuevo barrio quedará conectado con el parque gracias a 3.000 metros cuadrados libres centrales en los que se construirán todas las dotaciones sociales y comunitarias.

El primer paso del plan de reposición de Las Rehoyas fue aprobado el viernes y se sitúa fuera del plan parcial. Consiste en la construcción de un edificio de siete plantas con 146 pisos sobre una parte del aparcamiento y del campo de fútbol del parque de Las Rehoyas. Se tiran 136 casas de Santa Luisa de Marillac.

Se tiran 301 pisos (78 en el lado de Schamann; 60 en Cruz de Piedra; y 163 junto al parque) y se construyen 315 (84 en Schamann, 63 en Cruz de Piedra y 168 junto al parque). Una de las curiosidades es que se construye un edificio de cinco alturas en una parte del colegio público Calvo Sotelo, pegado al parque.

Se erigen 175 pisos nuevos (54 en la zona de Schamann y 121 en el linde con Cruz de Piedra) y se demuelen 160 (48 en las calles Virgen de Los Volcanes y Virgen de La Peña, y otros 112 en Santa Luisa de Marillac y Virgen de Lourdes). En esta fase no se toca ningún bloque de los que están en el interior del barrio.

La reposición de Las Rehoyas-Arapiles comienza a tocar algunos de los edificios que están en el interior del barrio para permitir esponjarlo. En este momento se tiran 277 casas (193 en la zona más pegada a Cruz de Piedra y 84 en la parte alta del barrio) y se construyen 295 nuevas (99 en Schamann y 196 en Cruz de Piedra).

Es el momento en el que la transformación de Las Rehoyas-Arapiles es más intensa. Aquí se derriban 350 pisos (193 en Virgen de Fátima, Virgen de Lourdes y plaza del Escorial; y 205 en Virgen de Loreto y la plaza de La Paz) y se construyen 353 (148 en la parte baja del barrio y otros 205 en la parte alta del plan).

En el entorno de la calle Virgen de La Macarena se tiran 168 viviendas, a las que se suman otras 159 en las calles Virgen de Las Angustias y Virgen de Fátima, más cerca del parque de Las Rehoyas. Por otro lado, se construyen 309 nuevas casas (unas 165 por la carretera general del Norte y 144 en el linde con Schamann).

En esta fase se tiran más casas que las que se construyen. Caen 184 viviendas en el corazón del barrio: calles Montejurra, Virgen de Las Angustias y Virgen de Begoña. Por otro lado, concluye la construcción de tres bloques de siete plantas junto al parque de Las Rehoyas. Podrán acoger a un total de 165 familias beneficiarias del plan.

A estas alturas del plan de reposición de Las Rehoyas-Arapiles el centro del barrio ya se ha convertido en un gran espacio libre con dotaciones comunitarias. Aquí la intención del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria pasa por la demolición del edificio del colegio público Calvo Sotelo, según los planos.

Acaba el plan de renovación urbana de Las Rehoyas-Arapiles. Ya están en pie todos los edificios nuevos salvo el que se construye sobre el solar del colegio. Se trata de 194 pisos que se levantan en nueve plantas de altura. Y se tiran 200 pisos en Virgen de Begoña, Santa María de la Cabeza y Santa Luisa de Marillac.

Este último mapa facilitado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a la plataforma vecinal Rehoyas-Arapiles es un resumen de las distintas fases en las que se ha organizado la reposición del barrio. Lógicamente, la actuación final dependerá de la capacidad de llegar a acuerdos con los vecinos.

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